Mons. Margni: “Dios sigue siendo, hoy como ayer, el Dios-con-nosotros”

En su mensaje navideño, el obispo de Avellaneda-Lanús resaltó que la Navidad es un misterio de cercanía humana y consuelo de Dios.

En la víspera del IVº domingo de Adviento, el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Marcelo Julián Margni, envió una invitación “a ponernos juntos a la escucha de la buena noticia que el nacimiento del Salvador nos anuncia hoy”.

“Al escribirles estas palabras, tengo delante —tal vez como muchos de ustedes— la imagen del pesebre”, señaló,  destacando a la vez “la actitud acogedora de María y José que reciben al Niño, la luz de la estrella, el silencio adorante de pastores y magos, y hasta la quietud de los animales del establo”.

En ese sentido, el obispo remarcó “que la noche de Belén no acontece en la facilidad y en la calma”, sino que “tiene detrás el ‘sí’ generoso, pero también difícil, de María y de José; la fatiga de un largo viaje; un nacimiento que llega en un lugar inhóspito; la pobreza y precariedad del pesebre… Y puertas afuera, la noche con su oscuridad, sus peligros y sus inquietudes, en una tierra de grandes desigualdades e injusticias, y sembrada de violencias”.

Por eso, destacó que “Dios no ha elegido tiempos fáciles para venir a habitar entre nosotros. Ha querido ser el Dios-con-nosotros, precisamente naciendo en la oscuridad y la precariedad de tiempos difíciles”.

“A quienquiera que atraviese tiempos difíciles, la Navidad le anuncia -discretamente, sin imponerse- esta buena noticia: no caminamos en la noche abandonados a nuestra suerte, Dios sigue siendo, hoy como ayer, el Dios-con-nosotros”, expresó.

Monseñor Margni se refirió también a la “Meditación para tiempos difíciles” del cardenal Pironio, como llamado a una esperanza lúcida, comprometida y creativa, en un momento de la historia particularmente desafiante: “En el interior de todo esto —lo sabemos infaliblemente por la fe— está Dios conduciendo la historia, está Cristo presidiendo su Iglesia, está el Espíritu Santo engendrando en el dolor los tiempos nuevos para la creación definitiva”.

Muchas cosas han cambiado desde que el cardenal Pironio escribiera esas líneas en 1976, pero “también ahora, indudablemente, vivimos tiempos difíciles, tiempos que nos desafían como creyentes, como familias, como sociedad”, expresó el prelado.

“La tentación de hundirnos en el lamento, la victimización o la desesperanza siguen estando a la mano”, pero la “Navidad narra otra historia posible. Una historia que Dios mismo hace posible, cuando su fidelidad encuentra eco en el corazón y en la vida de hombres y mujeres que, resistiendo a la tentación del desaliento o la indiferencia, se animan a esperar contra toda esperanza”.

En ese sentido, el obispo invitó a “buscar caminos junto con otros, a abrir puertas allí donde todas las puertas parecen cerrarse y a hacerle espacio a quien llega; a sembrar gestos de humanidad -gestos que, con mucha sencillez, hablan de encuentro, de fraternidad recobrada, de cercanía, delicadeza y cuidado- en una tierra sedienta de buena noticia”.

“En tiempos difíciles, la Navidad irrumpe con su invitación a la alegría y la esperanza, con su llamado a descubrir de nuevo al Dios-con-nosotros. Vayamos a su encuentro, dejémonos encontrar por Él”, animó monseñor Margni.

Al concluir su mensaje de Navidad al pueblo de Dios en Avellaneda y Lanús, el obispo expresó su deseo de “que la fidelidad de Dios nos infunda aliento y confianza, nos libere de encierros y temores, nos inspire sueños y esperanzas nuevas, para recrear nuestras comunidades como lugar de cercanía, de fraternidad y de encuentro, donde el evangelio es vivido, celebrado y compartido, con la sencillez de Belén y del pesebre, en lo cotidiano”.

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