Misa por los diáconos de la diócesis

En el marco de la novena de la Asunción de María, el sábado 10 de agosto el Padre Obispo Maxi Margni presidió la misa por los diáconos de la diócesis, en el día de San Lorenzo diácono y mártir, su patrono. La celebración eucarística se llevó a cabo en Catedral de Avellaneda-Lanús.

Celebrando con toda la Iglesia la fiesta del diácono y mártir San Lorenzo, el obispo de Avellaneda-Lanús les expresó a los diáconos su agra testimonio de fe, dedicación y entrega.

 

En el día de san Lorenzo, diácono y mártir de la Iglesia de Roma y patrono del diaconado, el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Marcelo Margni les hizo llegar su saludo fraterno y bendición a todos los diáconos de la diócesis, “dando gracias y pidiendo especialmente por sus vidas y su ministerio”.

“No quisiera dejar pasar este día sin expresarles una palabra de gratitud, que quisiera que reciban como dirigida a cada uno en particular. Mi saludo se dirige igualmente a sus esposas y sus familias, que los acompañaron un día en su ‘sí’ generoso al Señor, y son los primeros en acompañarlos y sostenerlos ahora en su servicio”, destacó el prelado.

A su vez, planteó que “el diaconado es una vocación profundamente arraigada en el servicio, siguiendo el ejemplo y el mandato de Jesús”, y consideró: “Ustedes son, en la comunidad cristiana, un vivo reflejo de ese amor servicial y desinteresado de Jesús, que se hace palabra al servicio del Evangelio, bendición para hermanos y hermanas, cercanía y presencia junto a los últimos, los pobres y quienes sufren”.

“Soy testigo de cuántos desafíos afrontan y cuántos esfuerzos realizan para responder generosamente a esta llamada. Soy testigo también de cómo su ministerio, vivido en la humilde fidelidad cotidiana, llega a tocar el corazón y la vida de tantas personas”, describió. Por eso, el obispo expresa, de todo corazón, su agradecimiento por ese testimonio de fe, de dedicación y de entrega: “La Iglesia, nuestra comunidad diocesana, cada una de las comunidades locales en las que ustedes ejercen su ministerio, se los agradece y los necesita”.

Los alienta, además, a seguir profundizando en esa llamada que un día les fue dirigida y a la que respondieron con alegría y disponibilidad: “Ustedes son y están llamados a ser, muy concretamente, el rostro visible de una Iglesia en salida y servidora, los ‘guardianes del servicio en la Iglesia’, hombres de corazón entregados ‘al servicio de los pobres que llevan en sí mismos el rostro de Cristo sufriente'”.

“Queridos diáconos: la Iglesia y nuestro pueblo los necesitan, necesitan de ustedes este testimonio. Sean, con san Lorenzo, servidores y custodios de los pobres, ‘tesoro de la Iglesia, y verdadero tesoro, en quienes está presente Cristo'”, exhortó.

También animó a que, en una sociedad y un mundo dolorosamente marcados por la indiferencia, “sean ustedes mismos un signo visible del amor compasivo de Cristo, hombres de la presencia cercana, de la mirada y el corazón atentos, del cuidado generoso y desinteresado. Y no dejen de animar a nuestras comunidades en este mismo camino”.

“Seguro de que, hoy como en el día de su ordenación, la gracia del Espíritu los acompaña y los conforta; los encomiendo una vez más a la intercesión de la Virgen María, Nuestra Señora de la Asunción, de santa Teresa y de san Lorenzo. Cuenten siempre con mi confianza, mi cercanía y mi oración, y la de toda nuestra comunidad diocesana”, concluyó.

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