Mientras el home office se afirma ¿qué hacemos con las oficinas?

Sin duda, nos enfrentamos a un nuevo paradigma en la modalidad de trabajo y las formas en el ámbito laboral, tanto para los empleados/colaboradores, como para los propios empleadores. Si bien las condiciones del teletrabajo o trabajo remoto, no son las mejores en Argentina, la tendencia de ir hacia el formato hogar-oficina parece imponerse. La pregunta es ¿y las oficinas? ¿qué van a hacer las empresas con sus instalaciones y mobiliario?

 

Parecía un beneficio único de algunas industrias, pero la pandemia lo convirtió en la nueva normalidad. El home office llegó para quedarse y los números de un reciente informe de Adecco Argentina lo avalan: sólo el 17% de los empleados tienen pensado volver a las oficinas cuando pase la pandemia o cuando estén dadas las mínimas condiciones de seguridad sanitaria, mientras que el 58% continuará con la modalidad teletrabajo durante 2021. En la misma línea, otro estudio elaborado por Isonomía Consultores con base en 6.043 casos del país arroja que, el 83% de los empleados de pymes y el 87% de grandes empresas desean incrementar o mantener sus horas de home office una vez finalizada la emergencia sanitaria.

 

 

La oficina post covid-19 ¿cómo sigue?

Lo cierto es que las empresas grandes y pequeñas están hablando de reacondicionar los espacios de trabajo: ya sea para mantener la distancia entre colaboradores, o para satisfacer un modelo híbrido -alternando el trabajo en el hogar y la oficina- o completamente remoto. El 75% de los directores de Recursos Humanos que respondieron una encuesta de Navent, dueña de los portales online Zonaprop y Bumeran, afirmó que la vuelta a la oficina no será inmediata: el 51,5% considera que las oficinas cambiarán; el 34,7% asegura que contarán con menos oficinas, ya que la mayoría del personal trabajará desde su casa y/o por turnos; y un 9,9% señaló que se buscarán nuevos espacios de oficinas, generalmente, más chicos.

 

Mientras tanto ¿qué se hace con el mobiliario que sobra o que ya no tiene utilidad? ¿qué hacemos con todo aquello que antes entraba en amplias oficinas y ahora no tiene lugar en los nuevos espacios reducidos? ¿dónde se guarda el material, la documentación y los archivos que no se puede tirar? Una opción concreta que surge en el último tiempo son las bauleras inteligentes, que ofrecen un servicio de guardado simple y flexible para todo aquello que no se va a usar por un tiempo. “El crecimiento general de la demanda de guardado, entre otras cosas, se debe a estas transformaciones que están sufriendo las empresas a partir de las nuevas modalidades y espacios de trabajo”, asegura Livia Armani, cofundadora de Space Guru, una empresa que ofrece un servicio de guardado inteligente de muebles y objetos. “Sea por cierre definitivo de oficinas; por mudanza a lugares de trabajo más pequeños; o por el reacondicionamiento de las oficinas para adaptarlas a nuevos protocolos de distanciamiento entre los empleados, en todos los casos, nuestro servicio es una alternativa ideal para aquello que ahora no tiene un lugar”, agrega Armani.

 

Los problemas de espacio se vuelven más evidentes para las empresas, en todos los rubros. El mercado de oficinas está en crisis en la Ciudad de Buenos Aires, y sin duda, aquellas grandes superficies de importantes multinacionales son las más amenazadas y las que rápidamente están rediseñando y readaptando sus formas y espacios de trabajo. Sin ir más lejos, YPF puso en venta su histórico edificio de 75.000 metros cuadrados disponibles; y Telecom hizo lo propio con su emblemática torre de Puerto Madero con un total de 38.000 metros cuadrados de los cuales 21.000 son rentables. “Por un lado, con la llegada del home office, a las grandes multinacionales les sobra espacio; mientras que las pequeñas y medianas empresas necesitan reducir sus gastos y encontraron en el teletrabajo una forma de seguir manteniendo su estructura achicando los gastos fijos –alquiler de oficinas, locales y fábricas-. Space Guru es ideal para resolver todo lo relacionado al guardado de muebles y objetos por un bajo costo y por el tiempo que sea necesario. No hay que apurarse a deshacerse de nada, porque nunca se sabe el giro que puede dar un negocio en Argentina, hasta el propio trabajo remoto que hoy es furor, mañana puede cambiar y todos volver a la presencialidad”, explica Armani.

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