En el detalle por productos, se registraron en diciembre subas considerables en huevos (+17,8%), yerba mate (+6,3%), hamburguesas congeladas (+6,0%), fideos secos (+5,2%), salchichas (+5,0%), dulce de leche (+4,8%) y harina (+4,4%). Estos aumentos traslucen un proceso asimétrico que se separan de la inflación promedio general: por caso, el rubro “leches, lácteos y huevos” del IPC aumentó 2,6 puntos más que el promedio en 2018 (12,8 puntos más en dos años), el rubro “café, té, yerba y cacao” subió 13,2 puntos más en 2018 (16,7 más en dos años), “aceites, gracias y manteca” trepó 15,3 puntos más en 2018 (13 más en dos años) y “pan y cereales” creció 15,5 puntos más en el año (15,8 más en dos años). “La liberación financiera, la devaluación, la quita de retenciones del comienzo de gestión y la posibilidad de que los exportadores no liquiden sus divisas son un conjunto de políticas muy emparentadas con las fuertes subas que se registran en rubros sensibles como alimentos”, analiza el informe ligado a la Licenciatura en Economía de la UNDAV, que dirige Santiago Fraschina. Y apunta que “el modelo económico actual ha priorizado la acumulación del lado de los exportadores, que ven una ganancia mucho mayor en las ventas externas, elevando así el precio para el mercado interno”. “Esta virtual dolarización de la comida, choca con un salario en dólares que ha caído estrepitosamente en tres años”, remarca el estudio universitario. |