Tarjetas, calendarios, postales, adhesivos y señaladores recordatorios que los combatientes solían ofrecer en la vía pública en los primeros años de la posguerra; correspondencia entre los solados y sus familias y cartas enviadas espontáneamente por la población durante el conflicto; objetos de uso personal y partes de uniformes; armas y un estandarte británico; rosarios, flores sintéticas y placas recordatorias que permanecieron en el cementerio argentino de Darwin.

Todo esto y mucho más puede verse en la muestra de teatro y museo Itinerante “Malvinas: Islas de la Memoria”, una iniciativa de la Universidad Nacional de Lanús (UNLa) y la Comisión de Familiares de Caídos. Montada en una carpa instalada en la Plaza Vaticano, frente al Teatro Colón, pleno centro porteño, la exhibición puede visitarse todos los días de 9 a 18, con entrada libre y gratuita.

Línea histórica de una causa anterior y posterior a 1982

 La carpa tiene unos 15 metros de diámetro. Al ingresar, uno puede ver en su pared circular una línea de tiempo (que ocupa todo el recorrido) con los episodios más importantes en torno Malvinas desde 1520 a 2010. Textos, ilustraciones y fotos grafican la historia que va desde el primer avistaje de las islas por parte del navegante portugués Fernando de Magallanes, hasta la declaración unánime de respaldo de 32 países a la soberanía argentina del archipiélago durante la Cumbre de la Unidad de América latina y el Caribe.

La cronología es una reproducción de la publicada en el manual interactivo “Malvinas en la Historia, una perspectiva Suramericana”, un material educativo editado por el Observatorio Malvinas de la UNLa (un proyecto educativo y de investigación que nació del trabajo común entre la Universidad y la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas) para contribuir a la actualización de los contenidos de la Escuela Media sobre el conflicto de soberanía.

Detrás de cada objeto, una historia

 Debajo de la línea histórica y también dispuestas de manera circular alrededor de la carpa, se ubican las mesas exhibidoras con los objetos. Están ordenadas temáticamente. Así, por ejemplo, podemos ver un sector con ropa y accesorios de soldados que cayeron en el conflicto.

Allí se encuentra el doble rosario de Marcelo Daniel Massad, arquero de la quinta división de Banfield. Soldado conscripto clase 62, perteneciente al Regimiento de Infantería Mecanizada 7 Coronel Conde, que tenía por entonces 19 años.

La fe lo condujo a llevar siempre un rosario en el cuello. Este tenía una particularidad: la mitad era marrón oscuro (y era parte del que le fue entregado en Malvinas, y la otra mitad era blanco ambarino y era parte del que le había dado su madre antes de partir para las Islas).

En pleno combate, le dieron la orden de repliegue, pero él sabía que quedaban siete compañeros atrás. No se replegó; volvió a buscarlos. En ese momento, los ingleses desencadenaron el más devastador de sus ataques. Cuando se disponía a seguir a sus compañeros que habían acatado la orden, fue alcanzado por una ráfaga de ametralladora.

Murió salvando a sus camaradas en Monte Longdon. Fue la noche del 11 de junio de 1982. Cuando la ráfaga de fuego que le dio muerte alcanzó su figura, sus manos estaban aferradas al doble crucifijo de su rosario. Un compañero que casualmente también vivía en Banfield, en plena retirada, pudo tomarlo. Y al volver de la guerra se lo alcanzó a los padres de Marcelo, Said Osvaldo Massad y de Dalal Abd.

Otra historia conmovedora es la del catamarqueño Mario Cisnero. Durante su preparación militar, el Sargento Cisnero cumplió misiones como instructor de comandos en un destacamento militar de la provincia de La Pampa. Al estallar el conflicto, donó el 50% de su sueldo al Fondo Patriótico y solicitó en reiteradas oportunidades ser trasladado al frente de lucha.
En mayo logra finalmente su traslado. Cuando partió de Buenos Aires hacia el sur, le dijo a su hermano que lo acompañaba “si no vuelvo no me lloren…”. Y le dejó un par de zapatillas Flecha que eran parte de su equipo reglamentario.

Cisnero murió heroicamente combatiendo contra fuerzas del SAS del Ejército Británico. En el año 2001, sus familiares, encontraron otro par de zapatillas Flecha idéntico al que le había dejado al hermano, pero con el lógico deterioro que sufrieron al estar 20 años a la intemperie. Ambos pares están exhibidos en la muestra, al igual que otros objetos de Cisnero.

Otro sector de la muestra reúne placas recordatorias que los familiares fueron dejando a lo largo de más de 20 años en el antiguo Cementerio de Darwin cada vez que viajaban a las Islas y cruces que en el 2004 fueron removidas del lugar, cuando la Comisión de Familiares construyó el Monumento a los Caídos que actualmente está emplazado en el Cementerio.

Como ya se dijo, la muestra no se circunscribe al conflicto bélico, ya que desde hace años el Observatorio Malvinas de la UNLa y Familiares de Caídos viene haciendo hincapié en la contextualización histórica de la disputa por la soberanía.

En ese sentido, otro sector reúne objetos relacionados con el famoso operativo Cóndor del 28 de septiembre de 1966. Allí 18 jóvenes estudiantes y obreros que militaban en el peronismo, le asestaron un golpe a la flamante dictadura de Juan Carlos Onganía: secuestraron un avión de línea, lo aterrizaron en las Islas Malvinas y allí izaron siete banderas argentinas que flamearon durante 36 horas. Reclamaron la soberanía sobre ese territorio y aguardaron que un sector del Ejército aprovechara esa irrupción y desembarcara en las islas para recuperarlas.

En la muestra pueden verse banderines del operativo Cóndor, la tapa del diario Crónica informando sobre el hecho y una carta escrita por el ex presidente Juan Domingo Perón desde su exilio en Madrid felicitando a Dardo Cabo, líder del operativo.

Una causa latinoamericana

El Observatorio Malvinas de la UNLa y Familiares de Caídos a través de su actividad viene reflejando que la soberanía sobre Malvinas no es solo una causa nacional, sino también regional.

Esto se refleja en distintos paneles con reproducciones de imágenes, diarios y mapas que están ubicados en el centro de la carpa. Uno de ellos reproduce el apoyo que recibió el país durante el conflicto y posteriormente por parte de líderes y medios de otros países latinoamericanos.

Otros de los paneles, contiene un mapa de Sudamérica que refleja los puntos donde están ubicados las diferentes bases de la OTAN, y hace hincapié en la riqueza de la región, ya que contiene el 25% de los bosques del mundo, el 26% del agua dulce disponible y el 40% de la biodiversidad del planeta. También alerta que Sudamérica posee reservas de petróleo comprobadas por el equivalente a 102 millones de barriles, pero que en la reserva petrolífera de la cuenca de Malvinas habría un estimado de entre 170 y 240 millones.