La titiritera de Wilde que dio vida a “la llama que llama” y recorrió el mundo con sus obras

El currículum de Adriana Sobrero señala que es artista plástica y muralista. Sin embargo, el título que hay que destacar y que la catapultó para que su nombre quede plasmado en diversos países y escenarios es de titiritera.

Todo surgió en 1992, cuando la artista descubrió la Escuela de Títeres de Avellaneda, que en ese momento era dirigida por Elvio Toto Villarruel. Ella venía de pintar telas, maderas, paredes, pero conocer y aprender absolutamente todo sobre los títeres le cambió la vida: “Ingresar a ese mundo me fascinó y me abrió la cabeza. La verdad que desde ese momento estaba convencida que me iba a dedicar a los títeres y tenía la intuición que gracias a eso iba a viajar y descubrir muchísimas cosas, que es justamente lo que logra el trabajo de los títeres”.

Y rememorando esas sensaciones que sintió hace ya tres décadas, añadió: “Me enamoró que en un mismo lugar convivían la plástica, la música, el teatro y la escritura. Fue un combo maravilloso y único”.

En su siguiente paso, la vecina de Wilde relegó las horas de docencia en las escuelas y se dedicó de lleno a su nuevo camino. Luego de integrar diferentes compañías de títeres, en 1995 decidió crear su unipersonal; ahí nació su hermosa obra titulada “La luna como testigo”.

“Tuve una gran repercusión y un inmenso apoyo del público y los colegas.

Ese trabajo lo sigo realizando actualmente, aunque hace poco lo reescribí y, por suerte, quedó mucho mejor”, afirmó Adriana al Diario La Ciudad.

 

Con “La luna” al mundo
Gracias a su exitosa obra, la titiritera avellanedense tuvo la posibilidad de recorrer varios países y de presentar y hacer conocer sus trabajos en Chile, Brasil, Guatemala, Costa Rica, México, Colombia, Alemania y Suiza.
Pero la frutilla del postre fue en 2006, cuando viajó nada menos que a Francia, para ser una de las atracciones en el relevante festival de la Escuela Internacional de Marionetas: “Esa experiencia fue un antes y después en mi carrera, porque gracias a eso conocí todo lo nuevo que se estaba utilizando en las presentaciones de títeres, como es la tecnología y el agregado de dibujos en vivo y las proyecciones”, señaló.

 

Una emblemática publicidad
Docente de la Escuela Municipal de Títeres e IMEPA de Avellaneda, Adriana participó en la recordada propaganda denominada “La llama que llama”, de una compañía telefónica. Ahí, le daba vida a la llama principal, el papá, y también a la llama madre. Y como si fuera poco, fue miembro de la compañía Disney cuando trabajó en “El jardín de Clarilú”, “Morko y Mali” y “Art Attack”.
“Mi forma de trabajar y tenacidad hicieron que se me abrieran muchas puertas, estoy muy feliz por el camino que recorrí”, resaltó Sobrero.

 

Buscan su sabiduría de todos lados
A pesar de tener su propia compañía, a la cual bautizó “Agarrate Catalina” -una frase que siempre decía su abuela- a Adriana la suelen convocar para que sea la directora o ayude en el armado y creación de los títeres en varios lugares. En uno de esos trabajos, remarcó que realizó una obra en la cual su temática giraba en torno a la diversidad: “En ese espectáculo se casaban dos príncipes, fue algo muy llamativo y poco común, pero la verdad que gustó mucho y tuvo una gran repercusión”.

 

Se viene un gran festejo
En el 2020, Sobrero cumplió 20 años formando titireteros y titireteras, entonces, como obviamente en ese tiempo no pudo celebrarlos a causa de la pandemia de Covid-19, la artista tiene en mente realizar un festejo durante este año y que “sea a lo grande”. “Quiero montar un espectáculo callejero, donde el público también participe y que no sólo haya diversos títeres, sino cosas gigantes, algo llamativo, con tecnología incluida y que sea algo loco y hermoso”, adelantó.

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