La explicación de la ciencia sobre las inundaciones en Bahía Blanca y en distintas zonas del país

Juan Díaz, meteorólogo de la Universidad Nacional de La Plata, señala que las lluvias intensas en períodos cortos de tiempo, las construcciones en zonas bajas y los suelos impermeables son las principales causas.

Las lluvias que azotaron a Bahía Blanca y a distintas regiones del país como Salta, Jujuy, Tucumán, San Luis y Córdoba, dejaron un saldo trágico con pérdidas de vidas y daños materiales que no solo se cuentan en miles de millones de pesos, sino que la reconstrucción llevará mucho tiempo. En el caso de la ciudad ubicada en el sur bonaerense, hasta el momento se confirmaron 16 muertes, con decenas de personas que aún están desaparecidas o incomunicadas, y más de mil evacuados. Para conocer las causas de las inundaciones que se registran en varios lugares casi al mismo tiempo, la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes dialogó con Juan Augusto Díaz, especialista de la Universidad Nacional de La Plata y el Servicio Meteorológico Nacional.

“Lo que estamos viendo y lo que varios trabajos sobre cambio climático alertan es que cada vez tenemos lluvias más intensas en tiempos más cortos. De esta manera, lo que debería llover a lo largo del mes quizás llueve en 12 horas o un día como mucho. Entonces, el suelo no da basto porque no soporta esa cantidad de agua”, explica Díaz.

A su vez, Díaz señala que otro fenómeno que favorece las inundaciones en las zonas urbanas es el desarrollo inmobiliario sin ningún tipo de regulación por parte de las autoridades. “Estas lluvias cada vez más intensas se combinan con un crecimiento urbano descontrolado. Como no hay una planificación urbana en varias ciudades, se juntan precipitaciones extremas con poblaciones que habitan en zonas vulnerables que antes no eran habitadas. Por ejemplo, hoy en día hay asentamientos sobre pantanos o descampados alrededor de las ciudades que eran humedales”, detalla el especialista.

En el caso de las provincias que eran conocidas por ser zonas secas o áridas, el problema es que los suelos no están preparados para recibir mucha cantidad de agua en poco tiempo. En este aspecto, al ser más arcillosa, la tierra no está acostumbrada a absorber tanta cantidad de lluvia. Al mismo tiempo, ese terreno seco y agrietado se transforma en una especie de piso impermeable. Por lo tanto, el agua desciende de las montañas o se estanca en las zonas más llanas y se producen daños en rutas, puentes y toda la infraestructura vial.

 

Cómo enfrentar el cambio climático

Un informe del que participaron científicas argentinas de la UBA señala que las inundaciones en Bahía Blanca fueron “un evento impulsado por condiciones meteorológicas excepcionales cuyas características pueden atribuirse principalmente al cambio climático de origen humano”. A su vez, el documento destaca que estos eventos podrían repetirse con más fuerza y frecuencia si la temperatura mundial sigue en aumento y supera los dos grados en relación a los niveles preindustriales.

“Lo que observamos es que estos fenómenos son cada vez más frecuentes y cada vez más en lugares donde antes no pasaba, algo que en meteorología se conoce como período de recurrencia”, subraya Díaz. Frente a esta situación, el meteorólogo coincide con la mirada de otros expertos y propone dos ejes para luchar contra estos acontecimientos: mitigación y preparación.

Sobre la mitigación del cambio climático existen diferentes propuestas e iniciativas para frenar el aumento de la temperatura y que no supere los 1.5 grados en las próximas décadas. Sin embargo, los pronósticos indican que esa medida está lejos de alcanzarse por ahora. Incluso, cada año se marca un nuevo récord en la emisión de gases de efecto invernadero. En torno a la preparación, el meteorólogo advierte que la infraestructura en las ciudades debe adecuarse para soportar estos fenómenos extremos. “Tenemos que pensar en organizar una mejor urbanización, regular las zonas en las que se puede construir para no edificar sobre terrenos bajos, y tener mejores sistemas de estados pluviales”, observa.

 

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