La diócesis de Avellaneda-Lanús cuenta con una nueva virgen consagrada
En la fiesta de la Natividad de la Virgen María, Viviana De Piero OVC recibió la consagración de manos del obispo, monseñor Margni, quien la animó a “ser toda de Cristo, como María”.
El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Marcelo Margni, presidió el 8 de septiembre, fiesta de la Natividad de María, la misa de consagración de Viviana de Piero en el Orden de las Vírgenes, y expresó su profunda alegría por la resolución firme y definitiva, por parte de Viviana, de seguir a Cristo como virgen consagrada a Él.
“Virgen consagrada significa que llegues a decir, con toda tu vida, que ‘nada ni nadie podrá separarte jamás del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús'”, destacó el prelado durante la misa, realizada en la catedral Nuestra Señora de la Asunción.
Sobre esta respuesta de amor al llamado y el don de Cristo, añadió: “Vos sabés bien que este compromiso no te aparta de los demás ni del mundo. Al contrario, te une de un modo nuevo a la Iglesia diocesana y te llama a unirte cada día más a tu comunidad, a tu familia y a las personas que Dios te confía, especialmente a quienes más necesitan esperanza y consuelo”.
Por eso, explicó que “vivir para Cristo, ser toda de Cristo -como María- no te encierra, no te encumbra, no te aísla, sino que te llama a ser, por la humilde entrega de tu vida, por el servicio cotidiano, muchas veces costoso y escondido, un signo discreto y vivo de ese amor, del que nada ni nadie podrá separarnos jamás”.
“Que tu presencia en la comunidad, tu cercanía a quienes sufren, tu oración de cada día, tu dedicación en el trabajo y en los servicios, que todo en tu vida, mucho más que cualquier palabra, hable de este amor, testimonie este amor, encarne este amor”, alentó.
También destacó que su trayectoria “discreta y serena” refleja una vida dedicada a Dios desde su consagración personal y privada a los 37 años, junto a quienes la han acompañado espiritualmente durante todo este tiempo. “Tu consagración sella un largo camino de compromiso en esta Iglesia diocesana, en la que hoy, desde el Orden de las Vírgenes, volvés a enraizar tu oración, tu servicio y tu vida”, puntualizó el diocesano.
“Que Cristo sea siempre tu amor, tu guía y tu fortaleza, y que tu vida siga siendo un reflejo de ese Amor, del que nada ni nadie podrá separarnos jamás”, concluyó.+