Sobre la muestra, escribe  Marcelo Bagnati.

Supersticiones

Se dice de la superstición que es una creencia sin fundamento racional que consiste en atribuir carácter mágico o sobrenatural a determinados sucesos o que la suerte, buena o mala, depende de algunos hechos que la condicionan.

Nada más cierto y falso a la vez. La mirada de Marta sobre algunas de las supersticiones más comunes, a través de sus pinturas como sombras apenas cromatizadas, dan cuenta de la “magia” que rodea nuestro cotidiano andar y a su vez incluye el afuera como contexto donde esa magia se muestra en acto.

Es que, justamente, la fe en la eficacia simbólica en la que los fenómenos inexplicables se manifiestan es la que organiza el mundo del día a día. Como el mito o la leyenda, la superstición tiene un origen incierto y lejano, lo que le otorga un estatus de realidad incógnita, tan real o más que cualquier otro acto comprobado científicamente.

Al fin y al cabo ¿cuál es la diferencia entre la creación artística -tan incógnita e inexplicable- y la creencia en que las consecuencias, fastos o nefastos, de algunos actos sean concebidos como esa superstición – tan incógnita e inexplicable-.

Qué prueba hay de que el paso fugaz de un meteorito por nuestra atmósfera no contribuya al cumplimiento de nuestros deseos; o que el contacto con la madera no nos prevenga de todo mal; o que nuestros miembros inferiores tengan la capacidad de enderezar o torcer nuestros actos; o que un gato negro nos arruine el día o la supernumeraria hoja de un trébol nos lo salve.

Marta lo sabe y no, lo intuye y no pero lo pinta.

Pandemias

De qué otra manera se refleja el momento de la peste, si no es a través de los trazos desgarrados que Marta impone a los tableros fríos, duros y distantes, sobre los que plasma sus retratos, paisajes y escenas monocromáticas.

Como arañazos, las pinceladas furiosas -que parece sólo una, enmarañada- sugieren un cielo anubarrado que todo lo cubre y todo lo tiñe de un gris amarronado para hundir a los personajes, sean estos lo que sean, en la desesperanza y la melancolía.

Pero no. En los abrazos reparadores, en la solidaridad familiar, en las manos abriendo ventanales, en la sencilla actitud de los animales compartiendo el paisaje, en el germen oculto de aquel árbol deshojado, hay luz y esperanza.

Y, por supuesto, hay resistencia. Esos cuerpos que reflexionan en soledad, que buscan con angustiosa mirada la salida, ese caminante que marcha a pesar de los pesares y hasta en aquella que persiste en el abrazo más allá del rechazo, hay poder y resistencia.

Es que la PANDEMIA según Marta, puede ser un espacio para indagar y descubrir los pequeños gestos -quizás ambiguos, tal vez difusos, pero siempre presentes- que se esconden en la bruma que aparenta cubrirlo y ocuparlo todo.

Qué tan conmovedor puede ser la mirada subjetiva de la artista sobre un hecho que nos cruza a todos. Qué tanto de verdad hay en el recorte de esa realidad que hace esa mirada.

Seguramente la clave se encuentre en esa única pintura diversa, aunque no desentonante, de esa América nuestra, acechada por los buitres y las fieras externas y cubierta de espesas nubes de las muchas pandemias que nos aquejaron y aún lo hacen, pero que bajo ellas, en el suelo que nos cobija, todo es posible.

Agua, tierra, aire, fuego

Escribe Marta: “Esta serie de libros de artista/objeto surge de la propuesta de mi gran amiga y colega Carmen Larraburu: ‘Cartonearte’, que era utilizar cartones de cajas, envases, etc. descartables como una manera de cuidar la naturaleza”.

Marta utiliza los cartones troquelados de los separadores de botellas de vino, para intervenirlos con su pintura y ensamblarlos de manera aleatoria, de esta manera la figura se transforma y se entrelaza de manera diversa, permitiendo, además, al espectador (?) participar en la conformación e interpretación de la obra.

Cada libro/objeto es uno y muchos, cuya imagen y sentido se desarrolla a partir de ese material no tradicional. Como un paraíso perdido o a punto de, a causa de la acción contaminante y destructiva, el agua, la tierra, el aire, el fuego van mutando tal como mutan los seres vivos en la naturaleza, con la naturaleza, por la naturaleza.

Marta Sottile, síntesis biográfica

Nace en Avellaneda (Bs. As.) Artista Plástica y Profesora de Pintura, egresada de las Escuelas Nacionales de Bellas Artes “Manuel Belgrano” y “Prilidiano Pueyrredón”. Asistió a los Talleres de los Profesores: Raul Ruiz Leguizamón y Eduardo Cabral (1980-1981), Profesor Omar Gasparini y Profesora Mónica Alonso (1982), y Profesor Aníbal Carreño (1989-1990)-Licenciada  en Artes Visuales-Especialidad Pintura (I.U.N.A).

Socia fundadora y delegada General de SAAP Nº 29 entre los años 2000 y 2004.

Integrante del “Grupo de Trabajo Mural Esteban Ferreira” entre los años 1989 hasta 1995. En el año 1992  se radica en la Provincia del Chubut, Esquel, donde  desarrolla su actividad plástica y docente.

Realizó y coordinó en la ciudad de Esquel cuantiosos Trabajos Murales. A partir del año 2004 es parte del grupo de trabajo mural “Agjen”.

Participó de numerosas muestras colectivas, fue seleccionada en Salones Provinciales, Municipales y Nacionales. Realizó varias  Muestras Individuales.

Obtuvo las siguientes distinciones: Segundo Premio en Pintura en el I Salón Municipal de Artes Plásticas de Esquel-1992. Primer Premio en Dibujo en el III Salón Municipal de Artes Plásticas de Esquel-1999. Segundo Premio en  Dibujo en el Salón Municipal de Trelew, alcance regional-2002. Mención en Dibujo 6º Salón Municipal de Esquel-2003. Mención en Dibujo en el Salón Municipal de Trelew (Esteban Ferreira)-2004. Mención en pintura 7º Salón Municipal de Esquel-2004. Mención en Dibujo 8º Salón Municipal de Esquel-2005.

www.martasottile.com.ar

 Gestión cultural: Lucia Fariña

Teatro Roma Sarmiento 109 – Avellaneda