La medida adoptada por el Directorio a través de la Comunicación A6877, busca “facilitar las operaciones comerciales de todos los actores del sistema financiero”.

Según resalta la institución, “todos los bancos, públicos o privados, tienen la obligación de aceptarlos”. Además de la opción de juntar varios y canjearlos por billetes de mayor denominación, también pueden ser acreditados en cuentas.

Actualmente, el papel que lleva el rostro de San Martín emitido desde 1998 coexiste con la moneda del mismo valor, plateada y con la representación del arrayán. Al tratarse del billete de menor denominación, sufre un deterioro más veloz que el resto.

Si bien continúan en circulación 459,6 millones de unidades, desde el 1° de agosto de 2019 fueron retiradas más de 50 millones.