“Ha nacido el Redentor, lleno de Misericordia”

Mensaje de Navidad de Monseñor Rubén Oscar Frassia, Obispo de la Diócesis de Avellaneda – Lanús.

Queridos hermanos, celebramos el nacimiento del Hijo de Dios. El Emanuel, Dios con nosotros. Él viene para darnos la vida eterna, viene para humanizarnos. Él se nos hizo cercano para ayudarnos a vivir en el Amor y tratarnos como hermanos. Con su ayuda, debemos recuperar lo humano que hay  en nosotros.

 

¿Qué significa recibirlo? Debemos abrir las puertas de nuestro corazón, de nuestros pensamientos y de nuestras actitudes. Hay lugar para Él. Él nace, nosotros lo contemplamos, lo adoramos, le agradecemos, pues con su ternura nos devuelve la esperanza. Una esperanza posible, alcanzable y concreta. Si nos toca, nos transforma  comprometiendo  nuestro ser, nuestro saber y nuestro obrar.

 

Navidad, con su presencia, transforma nuestra vida: Como personas, con uno mismo, en los proyectos, en el trato, en la mirada y en nuestra conducta.

 

Como familia, haciendo agradable la convivencia, en el respeto con cado uno de ellos, en la  verdad, en la justicia, en la fidelidad, en el trabajo, en el amor y en el sacrificio. Superando nuestro egoísmo y buscando siempre el bien de los demás.

 

Como sociedad, buscando el bien de todos. Pensando en el Bien Común, superando los intereses particulares y comprometiéndonos con el destino del bien de la Nación.

 

Como Iglesia, vivimos en comunión, con Dios, con el Pueblo de Dios, con el amor hacia todos los hermanos, con el cuidado responsable de nuestro Planeta. La Iglesia es misión al servicio de nuestro pueblo. Nos hace salir, abrir, recrear, buscar y obrar, para que el Evangelio de Jesús sea conocido, amado y vivido por todos.

 

El Papa Francisco, nos llama en este Año Santo de la Misericordia a la alegría de la conversión: conversión personal, pastoral y misionera.

 

Ninguno de nosotros esté distraído y no ponga excusas de  cansancios, de perezas o de dificultades. Todo esto es sabido, pero es necesario reconocer, quien no se encuentra con Él no tendrá fuerza para la misión, para el Anuncio, para la Comunión o para el Servicio. Quien se decide a vivir así, estará celebrando profundamente el Nacimiento de nuestro Redentor.

 

Que la ternura de su amor, y la bondad de su mirada, tenga piedad de nosotros y nos colme con la alegría de su misericordia. Quien no lo acepta, celebrará la Navidad como un día más, perdiendo así la motivación de su existencia.

 

Feliz Nochebuena y Feliz Navidad para cada uno de Ustedes, para  sus familias y para nuestra querida Diócesis.

 

+ Rubén O. Frassia

Obispo de Avellaneda-LanúsDiciembre, 2015

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