Fernández planteó una agenda que reconstruya el sistema productivo del país

“Queremos promover la cultura del encuentro productivo de toda la Argentina”, enfatizó el Presidente al plantar su vocación de fomentar la generación de cadenas productivas globales que mejoren los procesos tecnológicos e impulsen el entramado de pymes.

 El presidente Alberto Fernández planteó este domingo la necesidad de “reconstruir el sistema productivo” de la Argentina como estrategia para evitar crisis macroeconómicas recurrentes, con un fuerte énfasis en las exportaciones, un marco tarifario competitivo, el desarrollo de proveedores locales y el impulso del sistema científico-tecnológico.

En su discurso ante la Asamblea Legislativa, el jefe del Estado enmarcó la agenda productiva de su gobierno en la decisión de “dejar atrás una política económica centrada en la especulación” y alinearla hacia la creación genuina de trabajo, el incremento de la productividad y la inserción internacional.

Como parte de esa nueva agenda, Fernández ratificó que enviará al Congreso un proyecto de Ley para el Desarrollo del Sector Hidrocarburífero y Minero, largamente esperado por los sectores extractivos por considerar que podrán brindar escenarios de certezas a la inversión, y otro para la modificación de la Ley de Economía de Conocimiento cuyos beneficios promocionales fueron suspendidos en enero.

“La política productiva debe tener una fuerte orientación a impulsar las exportaciones”, definió Fernández, concepto central para la idea de sustentabilidad económica del país ya que ante las dificultades de financiamento externo que enfrenta el país, el superávit de la balanza comercial significará el principal ingreso de divisas genuinas, a la vez de ser un generador de puestos de trabajo y fortalecimiento de las economías regionales.

También dedicó un párrafo al rol de nuevos marcos tarifarios “que permitan la inversión y la competitividad de la economía” y al establecimiento de “reglas claras de inversión que estén alejadas de abusos monopólicos y posiciones dominantes de mercado” con el apoyo de un sistema financiero “que ofrezca créditos accesibles para la producción y no fomente la especulación financiera”.

A tono con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, el programa de desarrollo integral que propuso este domingo el presidente para la próxima década propugna “reconstruir el sistema productivo para evitar las crisis macroeconómicas que provienen del sector externo”, de la mano de una política industrial del siglo XXI que tendrá como ejes a las universidades y centros tecnológicos calificados.

Con la premisa de “salir del extractivismo y generar una industrialización de base nacional, pyme y tecnológica”, el presidente planteó desarrollar una cadena de proveedores en torno a los recursos naturales y otras actividades.

Fernández enunció que su gobierno dará “una renovada batalla nacional por el gas y el petróleo”, en la cual los hidrocarburos serán una palanca para el desarrollo a partir de “un entramado productivo tecnológico y diversificado en todas las provincias argentinas, motorizando la creación de empleos de calidad, el desarrollo local de las comunidades, la innovación tecnológica, el desarrollo de nuevas empresas y la industria 4.0”.

Sin mencionarla, la formación no convencional de Vaca Muerta está en la mirada de la anunciada Ley para el Desarrollo del Sector Hidrocarburífero, una herramienta que deberá estimular “la inversión nacional e internacional en el sector y facilitar el desarrollo de la cadena de valor industrial, tecnológica y de servicios que permita crear cientos de miles de empleos directos e indirectos en los próximos años”.

Con el mismo enfoque que ya venía anticipando desde la campaña electoral, Fernández planteó para el sector minero “grandes posibilidades pendientes, con pleno respeto a estándares ambientales y participación social” y en particular en la minería metalífera y la del litio aseguró que “se presentan como grandes oportunidades para aumentar las exportaciones argentinas”.

Sobre la modificación de la Ley de Economía de Conocimiento para sectores como software, biotecnología y robótica, detalló que el proyecto incorpora “una perspectiva de género y federal para la generación de empleo, facilita el ingreso de pymes, genera incentivos para aumentar las capacidades de investigación y desarrollo y la sustentabilidad ambiental en el sector productivo”.

“Necesitamos potenciar nuestro sistema de ciencia y tecnología”, afirmó el presidente en otro párrafo de su discurso, al destacar la ampliación de los ingresos al Conicet, el aumento sustancial de los montos de las becas para los jóvenes, y la decisión de “revertir la tendencia a la caída presupuestaria en Ciencia y Tecnología de los últimos años”.

En materia industrial, el Presidente resaltó que el gobierno comenzó a trabajar en proyectos estratégicos de movilidad sustentable y el fortalecimiento del programa de Parques Industriales, y anunció que comenzará a desarrollar planes estratégicos en ramas industriales con participación de académicos, trabajadores y empresarios, para poner en marcha de modo concertado el futuro de la producción.

 

 

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