La Unión Industrial de Avellaneda, despide con profundo pesar a quien fuera uno de los fundadores de nuestra casa. Hombre de gran bonhomía, ejemplo de conducta proba, amigo con el consejo apropiado, se ha despedido de nosotros.

Deja un importante vacío en nuestra Institución, – donde ocupó la presidencia entre 1982 y 1985 – porque dejó muchas horas de trabajo en ella, dedicó gran parte de su vida a la labor institucional y, donde gestionó enriqueció cada ámbito con su impronta. En estos últimos años, su aporte desde el Consejo Consultivo ha sido innegable.

Extrañaremos a Dante, quien nos dijo en muchas ocasiones: «siempre me gustó más escuchar que hablar, porque así es como uno aprende para después poder trasmitir»
Hacemos llegar a su familia nuestras condolencias.