Estrellas en el cielo de Avellaneda

Escribe Antonio J. González

Nuestra ciudad se ha visto muy comprometida con los cimbronazos sociales, urbanísticos e históricos de la metrópolis Baires, ya sea por su vecindad y sus lazos vinculantes, como por la de encontrarse en la puerta sur hacia la pampa, hacia un suburbio verde e inacabable que luego se transformó en un cinturón industrial y económico poderoso. Estos vasos sanguíneos provocaron que, en muchas ocasiones, Avellaneda (o la antigua Barracas al Sud) fuera albergue de familias que no encontraron ubicación adecuada en la Capital. Con ellas la región se fue nutriendo de laburantes, trabajadores industriales, empleados y una gran variedad de oficios.

También, como no podía ser de otro modo, en un desarrollo urbano tan pujante y transformador, nació, creció o simplemente habitó nuestras calles y barrios una constelación de artistas, políticos, profesionales y trabajadores sociales que trascendió los límites pequeños de este terruño. En el desarrollo amplio y prolongado de estas crónicas, hemos hablado de algunos de esos personajes, muchos de los cuales brillaron con luz propia en el gran firmamento nacional. También a veces fugazmente, caminaron, estudiaron y trabajaron en nuestra geografía otras figuras que no alcanzamos a mostrar todavía en estas cronigrafías. Todos forman parte de ese cielo estrellado que nos pertenece como herencia y que extiende una bóveda histórica sobre nuestras cabezas.

Como ejemplo, señalaremos en esta nota varios luminosos personajes que obtuvieron fama, reconocimiento y estrellato en la historia del país.

A partir de los acontecimientos históricos que sucedieron en esta margen del Riachuelo, como el encuentro de Juan Manuel de Rosas con el General Juan Lavalle en una quinta de Piñeiro, o los protagonistas del 17 de octubre de 1945, o los dirigentes políticos como Crisólogo Larralde, Moisés Lebenshon, y el notable Hipólito Yrigoyen que vivió en Belgrano y Beruti, entre muchos más, se registran los nombres de otros dirigentes nacionales de casi todas las corrientes políticas.

En el deporte ya habíamos señalado a Delfo Cabrera y Osvaldo Suárez en atletismo, junto a grandes figuras del fútbol -tanto de Racing como de Independiente- que alguna vez se asentaron en Avellaneda.

Jesús Mira rescató en notas periodísticas la figura del “Comandante Ortiz” que combatió en el Quinto Regimiento durante la guerra española por la República y que vivía –Benigno Mochkowky, se llamaba- en la calle Adrogué en Villa Dominico. En esta misma dimensión está el recuerdo del periodista Jorge Masetti, fundador de la Agencia de Noticia Prensa Latina en Cuba y conocido como “Comandante Segundo” en su presencia y muerte guerrillera en el norte de nuestro país en 1963. En Piñeiro vivió el escritor y pintor Humberto Correale, un lúcido militante del anarquismo, la cultura y el sindicalismo.

En las artes, podemos señalar a la cantante lírica Carmela Giuliano o a la pianista Silvia Del Bianco, hoy radicada en Europa, la compositora y cantante Eladia Blazquez por su infancia en Gerli, el actor Severo Fernández, la cantante Lolita Torres, los pianistas Castro, el guitarrista Cacho Tirao, el cantor Nestor Fabián criado en Sarandí, el folklorista José Larralde, el actor Jorge Porcel que vivió aquí a partir de 1947, el paso de Horacio Guarany, mencionado por Pascual Romano en su crónica de Sarandí, y la lista se hace interminable. Músicos tangueros, rockeros, folclóricos, clásicos, escritores de la trascendencia de Joaquín Gómez Bas, educadores como Jacinto José Berrutti, Herminia Brumana o Raquel Español, y la lista continúa.

Entre los artistas plásticos, junto a Graciano Mendilaharzu nacido en Barracas al Sud, anotamos la presencia de Alfredo Berisso, Roberto Rossi, Anselmo Ferrari, Jorge Rivara, en una grilla también numerosa de pintores, escultores y dibujantes que pertenecieron a este terruño. De la entraña de Sarandí, por ejemplo, surgieron: el periodista Jorge Lanata (comenzando su labor profesional en nuestro diario), el escritor Joaquín Gómez Bas y el dibujante de humor Andrés Cascioli, también de una larga nómina de intelectuales.

Basten estos pocos ejemplos para señalar la riqueza poblacional que tuvo y tiene nuestra ciudad, cargada también por muchos anónimos vecinos, dirigentes fomentistas, profesionales, artistas, luchadores sociales que apuntalaron las entrañas barriales y populares como un canto a la construcción cultural de la región.

ajgpaloma@hotmail.com.

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