Los más de treinta jóvenes llegaron al predio donde los esperaban los profesores de música Gerardo Pérez, Sacha Chornobroff, Cristian Rama, Leonel Romero y Leandro Garrandes con todos los instrumentos listos para empezar con las actividades.

Talleres de guitarra, canto y percusión fueron los espacios de participación que se desarrollaron tanto a la mañana como a la tarde, acá los chicos desplegaron todo su potencial artístico de acuerdo al taller que integraban, donde además compartieron sus conocimientos con jóvenes de otras sedes del Programa.

El diseño de la jornada tuvo como objetivo que todos los chicos puedan tener acceso a una actividad musical en conjunto disolviendo todo tipo de diferencias de identidad barrial, en la que se les ofrece la posibilidad de formar parte de un objetivo común concreto: la ejecución orquestada de una canción.

Entre prácticas, melodías, técnicas de afinación, los jóvenes participantes construyeron, en equipo, la base rítmica de la canción “No es mi despedida” de Gilda, para finalmente realizar la puesta a punto de canción orquestada y ejecutarla entre todos.

Hacia el final, compartieron experiencias y sensaciones que dejó la jornada entre todos.

Transmitir la idea de que la música, como expresión artística, trasciende toda frontera física y simbólica es un desafío que los chicos que participan del Envión decidieron afrontar de acuerdo a su talento e inquietudes. A partir de actividades como esta ellos mismos generan espacios de valores, respeto, y participación. Aprenden a escucharse, fortalecen el compromiso individual para con el otro y rompen con las inhibiciones personales que limitan el desarrollo de procesos creativos en grupos.