El Cottolengo Don Orione de Avellaneda celebrará su 80º aniversario

El jueves 2 de julio a las 11 horas se celebrará una Misa de Acción de Gracias presidida por el Obispo de Avellaneda-Lanús Monseñor Rubén Frassia, en la sede de la institución. Además, los residentes presentarán algunos números artísticos.

El Cottolengo Don Orione de Avellaneda celebrará mañana su 80º aniversario, con una Misa que presidirá el Obispo de Avellaneda-Lanús, Monseñor Rubén Frassia, la cual también servirá para festejar el centenario que el pasado lunes 29 de junio cumplió la congregación “Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad”.

 

 

“Fue el Día del Papa y el de San Pedro y San Pablo, el elegido por Don Orione para fundar la congregación en Italia”, explicó a La Ciudad la directora del Cottolengo de Avellaneda, Hermana Adriana Delfino.

 

 

Para este doble festejo, además de la Eucaristía, habrá un “compartir fraterno”, con todos aquellos que día a día ponen su granito de arena para que la obra pueda seguir adelante, entre ellos, vecinos, personal que trabaja en la casa, residentes y voluntarios. “Estarán todos los que estuvieron en estos ochenta años, algunos nos acompañarán desde el cielo y otros con su presencia”, remarcó la religiosa.

 
Luego del ágape, las residentes presentarán algunos números artísticos, producto de lo aprendido en los diversos talleres que se dictan en la institución.
Si bien la hermana Adriana Delfino hace apenas tres meses que está en el Cottolengo, debido a que las religiosas van rotando por las distintas obras de la Congregación, hoy tiene el mismo entusiasmo por esta celebración que aquellos vecinos que disfrutaron con alegría el paso de los años rodeados de caridad, atención al más necesitado y entrega desinteresada al prójimo.

 
“Esta entidad nace del propio Don Orione y de su idea de defender su proyecto en estas tierras”, aseguró el licenciado en psicología Diego Zotta, quien además recordó que el de Avellaneda fue el primer Cottengo que abrió en el país.
Ubicado en un lugar estratégico de Avellaneda, Estévez al 600, el Cottolengo sirvió en sus primeros años como una especie de “guardería” que daba respuesta a muchas familias que trabajaban en los frigoríficos de la zona y que no tenían dónde dejar a sus chicos.

 
“Don Orione vio esa necesidad, por eso comenzó como una guardería de alguna manera, además de alojar a personas con discapacidad”, detalló la Hermana.
En la actualidad, el Cottolengo Don Orione funciona como un hogar para personas con discapacidades y como Centro de Día. Este último es un servicio que funciona en doble jornada en el que se brindan actividades de taller, de rehabilitación y de terapéutica.

 
“Tenemos kinesiología, fonoaudiología, terapia ocupacional, psicología, educación física, arte, todo con el objetivo de favorecer el desarrollo de la calidad de vida de la persona. Según las potencialidades de cada uno, el Centro de Día busca desarrollarlas al máximo o evitar que se deterioren”, explicó Zotta.

 
La entidad también cuenta con un Jardín de Infantes, que nació como consecuencia de aquellos chicos que en su momento concurrían a la guardería y que debían escolarizarse. En estos momentos, ese establecimiento de educación inicial cuenta con una matrícula de cerca de 200 chicos, en su mayoría chicos de Villa Tranquila.

 
En tanto, el Cottolengo tiene 82 residentes mujeres, cuyo ingreso por lo general es de personas que están judicializadas, donde el Estado debió hacerse cargo de ellas porque sus familias no estaban en condiciones.

 
En la sede de Estévez hay niñas de 6 años hasta mujeres de 80, generando un clima de familia, no solo desde el aspecto religioso. “El modo de vivir acá, entre las residentes, los consagrados, los trabajadores y los voluntarios es poder sentir que somos familia. Muchas residentes, dentro de sus posibilidades se hicieron cargo del otro, sintiendo como madres, hijas o hermanas”, remarcó la directora.
Consultados sobre cómo mantienen las obras, remarcaron que por un lado son prestadores de dos obras sociales como Pami y Profe. “Pero también hay mucho de providencia, de un Dios que nos va cuidando y ayudando y, esta ayuda, se recibe de la gente en forma solidaria”, agradeció la Hermana Adriana Delfino.
Entre las necesidades del Cottolengo, siempre será bien recibida toda aquella persona que desee donar su tiempo como voluntario. Además, los vecinos u otras entidades pueden donar alimentos, sobre todo lácteos, pañales para adultos, artículos para la higiene personal y limpieza y elementos para los distintos talleres.
“También necesitamos máquinas para lavar y secar ropa, como así también cosas para la cocina, que debe tener tantos años como el Cottolengo”, comentó la directora.
Todos aquellos que deseen colaborar con el trabajo que realizan en la entidad podrán comunicarse al 4201-9719 o escribir a orioneavellaneda@yahoo.com.ar

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