El CAS Wilde recauda fondos para construir una nueva escuela de frontera

Junto al resto de las entidades que integran la Asociación de Clubes de Servicio, trabaja para colaborar en la reedificación de un nuevo establecimiento educativo sito en Colonia Alemana, Departamento de Federación, en la provincia de Entre Ríos.

Las autoridades del Club Argentino de Servicio (CAS) de Wilde convocaron a toda la comunidad de Avellaneda a colaborar con la construcción de una nueva escuela de frontera, la cual está siendo financiada gracias al aporte de todos los clubes del país nucleados en ACAS.

En esta oportunidad, se trata del decimocuarto establecimiento que emprende la Asociación de Clubes Argentinos de Servicio, el cual estará ubicado en Colonia Alemana, en el Departamento entrerriano de Federación.

Adelmo Espinoza, presidente del CAS de Wilde, explicó a La Ciudad que tanto ellos como los demás clubes les ofrecen bonos contribución «a los vecinos, amigos, comerciantes y a los que saben de nuestra obra».

La reconstrucción de la Escuela 903, Gregorio Araoz de Lamadrid requiere una inversión de 750.000 pesos y es de vital importancia porque el edificio actual, que data de 1910, no solo es insuficiente para la matrícula sino que además presenta graves problemas de humedad, lo que genera cuadros alérgicos y trastornos respiratorios en alumnos y maestros.

«A esta escuela hay que hacerla de nuevo porque se está cayendo y prácticamente nadie se ocupó», remarcó Espinoza. El proyecto de ACAS consiste en la construcción de dos aulas con sanitarios para nenas y varones, un aula para nivel inicial con sanitarios apropiados y una galería.

En ese sentido, Espinoza aseguró que toda donación es bien recibida, ya sea madera, pisos, materiales y pintura, ollas o utensilios de cocina para equipar el establecimiento, o ropa, calzado y útiles escolares para sus alumnos.

Por otra parte, cabe destacar que además de construir el nuevo establecimiento, ACAS los equipa con todos los elementos necesarios para el dictado de clases, como pizarrones, pupitres y escritorios, útiles y biblioteca.

«La mayoría de las escuelas que hace ACAS también tienen una cocina para brindarles a los chicos un desayuno o una merienda reforzada, porque son chicos que viajan mucho para llegar», comentó Espinoza.

«Nuestra aspiración es que sea doble jornada, pero el traslado de los chicos lo dificulta – agregó – lo ideal sería contar con las comodidades como para que el chico hasta pudiera pernoctar en la escuela».

Por otra parte, el titular del CAS de Wilde explicó que luego de poner en funcionamiento una nueva escuela, se la visita en forma periódica para ver sus necesidades porque como son establecimientos muy distantes, en lugares tan inhóspitos y sin comunicación, si en dos años nadie se ocupa, se deteriora.

A veces hace falta conseguirles ropa para los alumnos, un bombeador de agua o un grupo electrógeno para que tengan luz. Hacemos la escuela y también la apadrinamos porque es gente que no tiene nada de nada y nadie se acerca, ni las autoridades», afirmó.

Más allá de lo estrictamente escolar, ACAS y la Facultad de Odontología de la Universidad de Rosario encararon un proyecto para realizar controles a los chicos.
«Es muy interesante ver que, en una escuela donde ya han trabajado dos o tres veces, solo hay que hacer mantenimiento o algunas caries nada mas, mientras que donde asisten por primera vez hay que realizar hasta extracciones porque hay chicos de 12 años que nunca recibieron una asistencia dental», expresó Espinoza.

Por otra parte, consultado sobre la actividad que realizan en Avellaneda, Adelmo Espinoza aseguró que dentro de Wilde y localidades aledañas también hay zonas con necesidades básicas insatisfechas.

Gracias al aporte de los que tienen un poco más, el CAS puede asistir a los más necesitados con alimentos, ropa o garrafas.

«Hay escuelas que necesitan cosas hasta para el mantenimiento, como chapas para el techo, puertas o pintura. Es una obra gigantesca, que se desarrolla gracias a todo el CAS de Wilde que es gente maravillosa y que trabaja a destajo», remarcó el presidente del Club.

«También tenemos sillas de ruedas, bastones canadienses y camas ortopédicas, entre otras cosas, para prestarle en forma gratuita a los vecinos de menos recursos que lo necesiten -añadió- lo que le pedimos es que cuando ya no lo use lo devuelva en buenas condiciones para volver a cederlo».

Finalmente, Adelmo Espinoza destacó con orgullo que el CAS de Wilde tiene un grupo de «juveniles» conformado por aquellos chicos que la institución tiene becados para costearles los estudios.

«Es muy lindo enseñarles el trabajo que hacemos, cómo lo desarrollamos y cómo juntamos el dinero que ellos también reciben de alguna manera. Ellos valoran todo el esfuerzo y nos ayudan en todos los eventos, son como socios que devuelven con mucho amor todo lo que reciben», enfatizó Espinoza.

«Son chicos de entre 10 y 14 años, que es una edad donde se está formando, por lo que es muy importante inculcarles el ejemplo de como se puede ser solidario -aseguró- seguramente cuando nosotros no estemos más, esos jóvenes serán nuestro recambio».

«Tener un grupo de juveniles como tenemos nosotros es algo que recomiendo a todos los CAS porque es un seguro de permanencia y de continuidad», concluyó Adelmo Espinoza.

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