Las baldosas se dejan gastar una vez más por las idas y venidas de quienes cada día entramos a la Escuela 38. Que fue mudada en frente donde estaba el Club La Porteña que era lugar de reunión para el Picadito. Con el devenir de las semanas y con compañeros de grado que eran los mismos vecinos y amigos; fuimos acompañados por las sonrisas maternales de nuestras maestras. Comencé con ganas de aprender cada día algo nuevo y de compartir juegos y recreos con mis compañeros.

Hasta segundo grado la escuela estaba sobre Mitre yendo hacia el centro de Avellaneda; luego fue mudada a la otra mano entre Elizalde y Obligado, frente al Círculo Friulano.

¡Y qué bueno fue el cambio!

Dejamos la vieja construcción de madera y chapa por una escuela con aulas calefaccionadas, baños impecables, un patio hermoso y un salón de actos que es una verdadera sala de teatro. Esta escuela se inauguró dentro de lo que conocimos como Primer Plan Quinquenal. En el desarrollo de este programa de trabajo la Provincia y el país todo, fue poblándose de escuelas de similares características.*

Podría continuar con recuerdos que abordan mi mente, porque de esa época me brota la sonrisa al recordar a mis padres, mi hermano y amigos que hicieron de la mía una infancia feliz en el barrio.

Hoy, cuando visito escuelas y miro las caritas de los pequeños que llegan ansiosos, de aquellos que entran en la adolescencia con la certeza de que el mundo les pertenece, y junto a ellos: los maestros.

Los docentes, que son importantes actores sociales que permiten el desarrollo de aquellas personitas, jóvenes y adultos en los ámbitos escolares para que puedan forjarse un futuro mejor.

Hoy conmemoramos otro Día del Maestro y junto a ellos quiero reconocer la tarea que hacen por quienes necesitan de su conocimiento, y para ellos hacerle llegar un sincero homenaje por las horas que dedican a una tarea tan noble y necesaria.

Asistimos hoy a profundos cambios sociales. Los mismos, llevan también a cambiar las modalidades y los modales. A veces los docentes enfrentan situaciones difíciles en el ámbito áulico, y también los jóvenes que en más de una ocasión demandan atención, generan situaciones para los cuales cada maestro debe estar preparado. Es fundamental que los padres se comprometan con la tarea docente, con la cooperadora de la escuela, con los actos, y las reuniones; porque considero que eso hace que los hijos tomen los ejemplos, y, que mejor ejemplo que ver a los padres acompañando el aprendizaje de sus hijos dentro de la comunidad escolar. Debe ser la familia quien educa y el maestro quien instruye y entre ambos en una tarea mancomunada colaborar en la formación de la persona.

La vorágine de la tecnología nos excede y junto a ella también los docentes deben capacitarse para no quedar sin la información necesaria para trasmitir entonces, debemos también acompañar la actualización y capacitación permanente de cada maestro. Seamos todos actores protagónicos de una sociedad que, por diferentes situaciones se ve envuelta en muchas ocasiones en casos de violencia. Seamos protagonistas de la paz que queremos para todos, desde la educación, desde la cultura y desde la escuela podemos comenzar a dar los primeros pasos. Feliz Día Maestros.

*Párafo de su libro Desde el Barrio, que esto pronta a aparecer su segunda edición.