“En marzo volvimos a la Plaza Pascual Romano con la parrilla, luego de haber descansado los meses de enero y febrero. Los vecinos estaban preocupados porque no aparecíamos”, señaló con una sonrisa Carlos Alonso, presidente de los Bomberos Voluntarios de Sarandí.

Uno de los motivos de los ocho años de éxito de este singular emprendimiento, llamado “Choribomber”, es la calidad de las materias primas, prioridad impuesta por las autoridades de la institución desde el inicio del proyecto.
“Arrancamos a las 6 de la mañana comprando en el frigorífico, luego nos trasladamos a la Plaza Pascual Romano, a las 10 traemos el pan y a las 11:30 las gaseosas. A las 12 ya se acercan los clientes y a las 14:30 prácticamente ya no queda nada de los 360 chorizos, 40 kilos de bondiola y 280 hamburguesas”, explicó Carlos Alonso.

Aquellas personas que transiten la Plaza Pascual Romano podrán observar la fila de clientes que se forma los días sábados, que muchas veces llega hasta una cuadra de distancia, a la espera de recibir su pedido.

“Tenemos nuestros fanáticos que nos siguen sábado a sábado. También viene gente de Barracas, Lanús, Banfield. Es increíble, me sorprende y me emociona que nos acompañen tanto”, señaló el titular de la entidad.
Cabe destacar que con lo recaudado en la parrilla, los Bomberos de Sarandí han reparado el piso de playón del cuartel, adquirido un camión Cisterna Marca Scania, traído de Holanda; un vehículo de transporte de personal marca Ford Transit y una camioneta Citroen Berlingo, entre otros.

“Queremos agradecer de manera especial a los integrantes del cuerpo de Bomberos de Sarandí que acompañan cada iniciativa que le propone la Comisión Directiva. Sin el hombro de ellos esto hubiera sido imposible, y también a los vecinos que se sumaron a este proyecto en pos del crecimiento de la institución”, concluyó Carlos Alonso.