Como cada 15 de agosto, Avellaneda celebrará sus Fiestas Patronales, en homenaje a la Virgen María, Nuestra Señora de la Asunción.

Una tradición religiosa que se mantiene inalterable desde hace más de 150 años en nuestra ciudad y que es celebrada con Fe, júbilo y esperanza por miles de vecinos junto al clero diocesano y autoridades municipales.

Tal como difundieron desde la comuna, los festejos comenzarán mañana a la 8 horas con la celebración Eucarística en la Catedral.

A las 11 horas se llevará a cabo una Sesión extraordinaria del Honorable Concejo Deliberante en Honor a la Santísima Virgen María, en la advocación de Nuestra Señora de la Asunción, donde el Obispo de Avellaneda-Lanús, Monseñor Rubén Frassia, acompañado por el intendente municipal, Jorge Ferraresi, ofrecerá su discurso ante los representantes de todos los bloques políticos y de otras instituciones y fuerzas vivas de nuestra ciudad.

A las 14.30 dará inicio la procesión por las calles céntricas de Avellaneda, con la imagen de Nuestra Señora de la Asunción, Patrona de la Diócesis.

Mientras que a las 15.30 horas, aproximadamente, será oficiada la Santa Misa en la Plaza Alsina, por parte del Obispo Monseñor Rubén Frassia junto a todo el clero de la diócesis de Avellaneda-Lanús.

Por la tarde, a las 17 horas, habrá un concierto de la Orquesta Sinfónica Municipal en la Catedral local, que interpretará un repertorio alusivo a la celebración religiosa.
Y a las 19 será la Santa Misa de precepto en honor a Nuestra Patrona, también en la Catedral de Avellaneda.
Por último, desde las 20.30 horas, será organizada una cena comunitaria en el salón del Sindicato de Barracas de Lanas y Afines, ubicado en la calle Ameghino 1066 del centro de Avellaneda.

Mensaje de Monseñor Frassia

El Obispo de Avellaneda-Lanús, Monseñor Rubén Frassia, expresó su mensaje pastoral con motivo de la celebración de las Fiestas Patronales:
“Estamos celebrando una vez más, las Fiestas Patronales de la Diócesis, Nuestra Señora de la Asunción. La Virgen María es la Inmaculada Concepción. Ella ha sido elegida, es la predilecta que por su Si, nos dio el Salvador del mundo, Jesucristo. Consecuentemente, al ser liberada del pecado y de la muerte, en su etapa final, es asumida al cielo en cuerpo y alma.

Ella nos enseña que debemos escuchar a su Hijo, hacer lo que Él nos dice (Jn 2,5). Que nos debemos “tranquilizar pues, es el Señor y no debemos tener miedo” (Cf. Mt.14,27).

Hoy más que nunca debemos tomar ejemplo, y fuerza de MARÍA. Pues hay muchos miedos. El efecto físico de la falta de paz, es el cansancio. El efecto moral de la falta de paz es el desaliento y el efecto espiritual de la falta de paz es el orgullo. ¡¡Cuantas cosas debemos superar!!. Para nosotros, los humanos es casi imposible, pero con la ayuda de Dios todo será posible.
Como Iglesia Diocesana, debemos todos ponernos de pie. Saber que en este siglo XXI, nosotros tenemos una vocación y misión que cumplir. No debemos ser sustraídos por las dificultades del mundo. Debemos vivir como resucitados y no como derrotados. Hemos recibido un mensaje, todos, y todos debemos comunicarlo. Es necesario “conservar y transmitir intacta la fe”, por esta razón nuestras comunidades deben ser abiertas, comunicativas, creativas, solidarias y llenas de vida, ya que el mundo espera de nosotros esta consolación.

Nos preparamos para la próxima Asamblea Pueblo de Dios, en octubre. Toda nuestra Iglesia está llamada a “primerear, involucrarse, acompañar, fructificar, gozar y celebrar, en la belleza de la liturgia”, como dice el Papa Francisco. (Cf. EG24)

Que Nuestra Madre de la Asunción reine como Señora en nuestras vidas y que sepamos juntos dar razones de nuestra esperanza. Hoy, más que nunca no nos podemos callar.

Que el Señor proteja a cada uno de Uds., sus familias y sus comunidades.

Los bendigo como padre y pastor.
Mons. Rubén O. Frassia
Obispo de Avellaneda-Lanús