Aumentó un 39% promedio la canasta de turismo invernal

Según el informe semanal del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda, el costo de la canasta promedio de vacaciones de invierno aumentó en el último año un 39%, y alcanza una suba del 135% promedio si se pondera el acumulado en los últimos 3 años.

 

Dichos porcentajes de aumentos son superiores a la variación del nivel general de precios, en los respectivos períodos.

“El contexto macroeconómico actual dista de ser el más propicio para el despegue de las actividades turísticas ya que en los últimos meses los ingresos laborales disminuyeron en términos reales, a partir de una dinámica inflacionaria que no ha dado tregua, con aumentos salariales que se han ubicado sistemáticamente por debajo de la suba de los precios internos”, remarca el informe.

Este panorama denota una posible caída en la actividad del turística para 2018, ya que la merma del salario real genera que los gastos “en vacaciones” sean uno de los primeros conceptos que se descarten de las erogaciones proyectadas por las familias.

“La actividad económica local se está retrotrayendo, el consumo local decrece y los gastos incurridos en servicios públicos ocupan una mayor proporción de los ingresos familiares. Algunos sectores de actividad, como el del turismo, se encuentran particularmente afectados por el grado de solidez del consumo interno. En primer lugar, la caída del salario real impacta directamente sobre la capacidad de la población de hacer frente a gastos de consumo ‘no esencial’, como son aquellos destinados a costear las vacaciones de invierno y demás actividades conexas”, explica el documento universitario, ligado a la Carrera de Economía de la UNDAV, que dirige Santiago Fraschina.

Asimismo, según un relevamiento de 45 hoteles ubicados en distintos puntos de 4 de las principales zonas turísticas del país (Bariloche, Córdoba y Mendoza), la ocupación hotelera para julio del corriente año se encuentra actualmente en el 52%, muy lejos del 78% presentado en 2015 o del 65% de ocupación presentado en el 2016.

Esto es: una reducción de 3 puntos porcentuales en la ocupación hotelera respecto al año pasado, y de 26 puntos porcentuales en comparación al pico del 2015.

En este marco, más del 20% de los establecimientos hoteleros cerraron o han manifestado que piensan hacerlo, por el hecho de que se trata del tercer año consecutivo de baja en el nivel de reservas del sector.

Por otra parte, mientras el consumo interno se retrotrae cada vez más, se da un déficit de divisas por turismo en el exterior: la fuga de divisas en concepto de “turismo” llegó a US$ 4.955 millones en el período enero-mayo de este año, creciendo respecto del 2017. Así, aumentó más que proporcionalmente el turismo “emisivo” que el “receptivo”.

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