Las cenizas se esparcieron en dos áreas denominadas “plumas”, una de las cuales se encuentra sobre la zona de Neuquén, Río Negro, Chubut, Bahía Blanca, La Pampa, Laboulaye e incluso, aunque en menor medida, sobre la ciudad de Buenos Aires.

Tanto Bahía Blanca como Laboulaye emitieron un estado de alerta, aunque aún no determinaron la reestricción de operaciones aéreas.

En tanto, Neuquén, Chapelco y Bariloche mantienen las operaciones interrumpidas por “cenizas en depósito y en suspensión”, según informaron las autoridades de control aéreo.

La otra “pluma” se desplazó, aunque más disipada, en sentido noroeste hacia San Rafael y Mendoza, donde ya se informó también del estado de alerta, aunque en este caso las operaciones también continúan desarrollándose con normalidad.

Las fuentes consultadas por Télam señalaron que la situación podría complicarse en los vuelos hacia el sur y hacia el otro lado de la Cordillera de los Andes, si se determina que la densidad de las cenizas en suspensión afecta los motores de las aeronaves, ya que tienen el efecto de “piedra pomez”.

Por el momento Aerolíneas Argentinas mantiene cancelados los vuelos a Bariloche, Neuquén y Chapelco, mientras que en el resto de los destinos “la operación es normal”, informó hoy el presidente de la empresa, Mariano Recalde.

Al presentar esta mañana en Aeroparque un nuevo avión para la flota de la línea de bandera, Recalde precisó que analizaron informes del Comité de Emergencia que funciona en Bariloche y del Servicio Meteorológico Nacional que indicaron la existencia de “plumas de cenizas muy disipadas” que afectan tres terminales del sur del país.

“Lamentablemente, lo más probable es que por el viento y las cenizas acumuladas esos aeropuertos afectados sigan cerrados los próximos días”, manifestó. “En el resto del país seguimos operando normalmente”, añadió.