ACUMAR cuenta con facultades de regulación y control respecto de las actividades industriales, prestación de servicios y cualquier otra con incidencia ambiental en la Cuenca. Los establecimientos son fiscalizados para identificar a los agentes contaminantes que deben adecuar sus procesos productivos, persiguiendo el objetivo de que todas las empresas trabajen de manera armónica con el ambiente.
Los encargados de llevar a cabo las diferentes actividades de control es el personal perteneciente a las coordinaciones de Fiscalización y Adecuación Ambiental que cuenta en su plantel con 36 inspectores abocados a la tarea en el territorio.
Miguel Sainz, coordinador de Fiscalización, explica que se siguen varias líneas de trabajo; “una es la que denominamos Establecimientos de Relevancia Ambiental o Seguimiento Particular que son poco más de 200 de los cuales se ha hecho un informe más detallado” y que son seguidos de cerca por el equipo del área. Por otra parte se trabaja sobre la base de datos de Agentes Contaminantes “(…) para reconvertir a quienes tengan que hacerlo focalizando en aquellos que aún no han terminado su proceso de adecuación.”
