El pasado sábado 23 de septiembre, estudiantes y docentes de Turismo UNDAV asistieron al “Circuito turístico La Boca – Isla Maciel: El puente y sus orillas” en el marco de las materias Destinos y Patrimonio Turístico de AMBA / Geografía de AMBA, Destinos y Patrimonio Turístico de CABA / Geografía de CABA y Práctica de Guiado I. La propuesta fue planificada con el objetivo de salir a pasear por los territorios cotidianos que habitamos y así convertirlos en territorios de viaje. Asimismo, muchos de los contenidos abordados en las materias se expresan y se verifican en el recorrido que comenzó en La Boca y culminó en la Isla Maciel.

La experiencia resultó muy enriquecedora porque quienes estuvieron a cargo de la guiada son estudiantes de la carrera de Guía Universitario en Turismo que participan como becarios en el proyecto: Agustina Rojas, Juan Cal Soto y Eliana Córdoba. También estuvieron presentes Maximiliano Stingo (estudiante de UNDAV y guía del Municipio de Avellaneda), Silvia y Nelson (vecinos/as de Isla Maciel, quienes nos recibieron en su reciente inaugurado bar), Horacio Eusebi (Responsable de la “Casa Museo Carpintero de Ribera – Isla Maciel”) y Lucía de los Ríos (trabajadora de ACUMAR, a cargo de charla ambiental). La actividad estuvo a cargo de los docentes Pablo Reales, Carlos Icaza, Mariana Sosa, Eliana Domoñi y Daniela Scotto D´ Abusco.

El proyecto “Circuito turístico La Boca – Isla Maciel: El puente y sus orillas” es una iniciativa gestada por ACUMAR, la Dirección de Vialidad Nacional, el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación y la Dirección de Turismo de la Municipalidad de Avellaneda, a la que nos sumamos desde las carreras de turismo de UNDAV para dar continuidad y fortalecimiento al proyecto “Circuito turístico La Boca – Isla Maciel: El puente y sus orillas” que comenzó en 2021.

El recorrido que une “las dos orillas”, expresa el protagonismo de dos comunidades: la de La Boca y de la Isla Maciel, generando circuitos integrados que no presuponen al Riachuelo como límite, sino como enlace, como pieza patrimonial integral clave de estos recorridos, con el Puente Transbordador como actor principal. Durante años, el río Matanza Riachuelo fue considerado la grieta entre el Gran Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires, y las postales de su deterioro, moldearon el imaginario social y geográfico de la cuenca. Sin embargo, los distintos puentes que la atraviesan rompen con la idea de que el Riachuelo separa, los puentes comunican, funcionan en dos direcciones: la de ida y la de vuelta. El puente es la metáfora perfecta de la unión entre las partes y la posibilidad de re-habitar el patrimonio y el espacio público a través del turismo.