Un total de 4.602 personas víctimas de trata fueron rescatadas desde 2008, cuando se sancionó la ley

En el 48% de los casos el delito se configuró con fines de explotación sexual, según dio a conocer la coordinadora general de la Oficina de Rescate y Acompañamiento de las víctimas, Zaida Gatti.

Además, las estadísticas revelan que el aumento del número de liberaciones de las redes de trata ha sido exponencial desde 2008, cuando se sancionó la ley 26364 de Prevención y Sanción de la Trata de Personas y asistencia a sus víctimas.

Así, durante el 2012 fueron 1.568 las víctimas recuperaron su libertad, un 257% más que en 2009, cuando habían sido sólo 439; y en lo que va de este año, 281 personas fueron ya liberadas.

“Y este crecimiento no es porque haya aumentado la cantidad de delitos cometidos, sino porque se está trabajando mucho para combatirlos”, dijo la funcionaria en el marco de una jornada de capacitación para periodistas, organizada por la Jefatura de Gabinete de Ministros y la Fundación María de los Ángeles, que lidera Susana Trimarco.

Además, Gatti reveló que el 54% de las víctimas rescatadas eran de nacionalidad extrajera y el 13% tenía menos de 18 años de edad.

La apertura del seminario “El Delito de Trata de Personas, su abordaje periodístico”, estuvo a cargo del jefe de ministros, Juan Manuel Abal Medina y de Susana Trimarco, mamá de Marita Verón, secuestrada por una red de trata de personas en 2002.

Pese a las miles de víctimas rescatadas, “prácticamente no hay nadie preso por ese delito”, dijo Abal Medina, quien consideró que el resultado del juicio por el caso Marita es “el ejemplo más aberrante” de esta situación, ya que todos los acusados fueron absueltos.

“Hay un sector de la Justicia, que prefiere mirar cómodamente a los sectores de poder y no ponerse a trabajar para la defensa del pueblo. Queremos una justicia que se ponga los pantalones largos y que esté del lado de las mayorías para que los responsables vayan presos”, afirmó el jefe de ministros.

Trimarco, en tanto, mencionó el hecho de que “hay dos causas elevadas a juicio (por trata de personas) hace 2 años y aún no salen de ahí”, como un ejemplo de la inacción de los magistrados y se declaró “completamente de acuerdo” con la democratización judicial porque “es necesario un cambio”.

“Vivo renegando y peleando con el poder judicial. Rescatamos a las víctimas y resulta que los delincuentes siguen vendiendo drogas, explotando mujeres y se mueren de risa junto con los jueces que recibieron su dinero”, denunció.

Durante el seminario, la directora de la Fundación María de los Angeles -la ONG creada por Susana Trimarco que lleva el nombre de la hija de Marita y está dedicada a la lucha contra el delito de trata-, Andrea Romero, pidió desterrar el mito según el cual las personas caen en una red de trata “por tontas o porque quieren que les pase”.

“Las personas tampoco son captadas por bonitas o jóvenes, sino que hay una muy buena inteligencia previa sobre cada una de ellas para ver si tiene alguna vulnerabilidad y aprovecharse de ella”, dijo.

Los métodos de captación más frecuentes son el falso ofrecimiento laboral, el noviazgo y ofrecimiento de convivencia, el alejamiento del hogar, la captación a través de las redes sociales y el rapto o secuestro.

En cuando a los métodos de sometimiento, estos pueden ser a través de una deuda inicial combinada con un sistema de multas, a través de las drogas y el alcohol, de la amenaza y el uso de la fuerza o de prácticas esotéricas como el espiritismo.

“Las redes de trata mutan, por eso los métodos de sometimiento también van cambiando. Que tengan libertad domiciliaria no implica que sean libres: no están detrás de las rejas ni encerradas con candado pero están amenazadas y viven bajo una violencia psicológica extrema”, explicó Gatti.

Por su parte, el fiscal general de la Unidad Fiscal de Asistencia en Secuestros Extorsivos y Trata de Personas (UFASE), Marcelo Colombo, explicó que la trata de persona es un “delito de crimen organizado” que tiene la característica de “no cometerse en un solo lugar”, dado que en la mayoría de los casos implica un traslado de la víctima y la “existencia de estructuras que permiten un funcionamiento de un delito” que se prolonga en el tiempo”.

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