Sensibilización y acompañamiento profesional en la transición al vegetarianismo
En el Día Mundial del Vegetarianismo, es fundamental el acompañamiento profesional en la transición y adopción de nuevos hábitos alimenticios de quienes se inician en este estilo de vida.
Cada vez son más las personas que deciden optar por un estilo de vida vegetariano, que modifica principalmente su dieta alimentaria diaria. En Argentina, el 12% de la población mayor de 18 años son actualmente vegetarianos o veganos, marcando un aumento del 3% anual entre 2019 y 2020, según una encuesta de Kantar – Insights División, encargada por la Unión Vegana Argentina.
Ya sea por razona morales, filosóficas, ambientales y/o de salud, este año que pasó, miles de argentinos y argentinas optaron por un cambio en su estilo de vida que, entre otras cuestiones, implica dejar de consumir carne para centrarse en ingerir frutas y vegetales en su dieta. Es así que, si bien hay diferentes patrones alimentarios dentro del mundo “veggie”, una gran parte de las personas comienza la transición dejando de consumir carnes. Esto en un país como Argentina, donde se consumen 53,7kg de carne por habitante por año, representa un gran perjuicio sobre aquellas personas que se están iniciando.
“Una alimentación vegetariana o vegana, debe estar planificada y acompañada de un profesional para evitar déficit de nutrientes que se generan al dejar de consumir alimentos de origen animal, como las carnes, huevos, lácteos y derivados”, sostuvo Micaela Esandi, licenciada en Nutrición (MP 5265) y referente del Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires. Y agregó: “Es primordial no descuidar los nutrientes críticos en estos patrones como son la vitamina B12, las proteínas, el hierro, el calcio y el zinc”.
“Hoy sabemos que existen muchos alimentos de origen vegetal con los que se puede cubrir fácilmente los requerimientos de estos nutrientes sin la necesidad de consumir grandes volúmenes de comida o muchos suplementos”, concluyó Esandi quien, sin embargo, destacó el caso de la vitamina B12, que necesita la suplementación de forma obligatoria, ya que no existe otra forma de obtención de la misma, ni de fuente vegetal ni de origen endógeno, es decir, dentro de nuestro organismo.
En ese sentido, su colega Lucía Perez (MP 1507) agrega que “la suplementación con vitamina B12 es específica para cada persona ya que la dosis dependerá de las características previas, de la capacidad propia de absorber el nutriente y su evolución”. Y señaló: “Aquellas personas que inician su transición al vegetarianismo o veganismo es importante consultar a nutricionistas y evitar que la fuente de información sean las redes sociales sin evidencia científica”.
La alimentación basada en plantas tiene tantas diferencias en tanto personas las lleven a la práctica. “Cada patrón alimentario es individual y es por ello que analizando la alimentación de cada persona es que podemos asesorar de manera más específica y así prevenir o revertir algún déficit nutricional. Cuando los alimentos son todos de origen vegetal, el profesional en nutrición puede acompañar al consultante en aprender técnicas que aumenten la biodisponibilidad de nutrientes críticos”, concluyó Pérez, que también integra el Colegio bonaerense de Nutricionistas.
Según los últimos estudios realizados en base a estos patrones alimentarios, se puede concluir que una dieta basada en vegetales y rica en alimentos de buena calidad nutricional como granos enteros, frutos secos, legumbres, frutas, verduras y semillas es más saludable que una vegetal a base de alimentos menos saludables como los cereales refinados, jugos y gaseosas, y sobre todo, alimentos ultraprocesados. Un estudio de la Universidad de Harvard demostró que reducir el consumo de alimentos de origen animal y aumentar el de vegetales disminuye el riesgo de sufrir enfermedades crónicas como la obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares, y a su vez, si ya se padecen, la posibilidad de reducir los medicamentos para tratarlas.
Finalmente, Esandi remarcó que “las alimentaciones basadas en plantas tienen evidencia científica que muestra la disminución de la mortalidad, y son adecuadas a todas las etapas de la vida siempre que estén bien planificadas y adaptadas individualmente por un nutricionista matriculado”.