Rotary Avellaneda homenajeó a la Patrona de nuestro partido, la Virgen de la Asunción

Rotary Club de Avellaneda homenajeó a la Patrona de nuestro partido, la Virgen de la Asunción, con un encuentro de camaradería que tuvo como invitado especial al Obispo de la Diócesis de Avellaneda y Lanús, Monseñor Marcelo Maxi Margni.

 

La celebración fue llevada a cabo en el señorial restaurante del Club Pueblo Unido, que está ubicado en Lavalle 43 del centro de nuestra ciudad.

Hugo Oshiro, presidente del Rotary Avellaneda, fue el encargado de recibir a los presentes con palabras de bienvenida.

Más tarde, luego de la cena, Agustín Bandrés presentó al orador principal de la noche Monseñor Margni, quien expresó su mensaje para estas Fiestas Patronales de Nuestra Señora de la Asunción.

“Quiero expresarles mi sincero agradecimiento por la invitación, en la sociedad plural que vivimos que una asociación me dé la palabra me honra.

Hay muchas perspectivas posibles para decirles alguna palabra en torno al cristianismo, quiero este año focalizarme solo en una dimensión que creo fundamental para estos tiempos.

La imagen que aparece en el evangelio me ayuda a focalizar, quiero hablarles de la humildad. Si el cristianismo es servicio, es necesario advertir que servir es saber perder, morir a nosotros mismos.

Toda nuestra vida parece un esfuerzo constante por sobrevivir. Por nuestra sobrevivencia estamos dispuestos a sacrificarlo todo.

Pero, a veces, esta actitud que nos hace vivir replegados en nosotros mismos nos condena a una muerte peor que la muerte misma: permanecer solos.

Enfermedades del alma en estos tiempos podrían ser… Soberbia, individualismo que se hacen indiferencia y soledad.

Podemos pasar gran parte de nuestra vida tratando de defendernos, con miedo de involucrarnos, con temor de cuestionarnos, de perder las certezas de nuestra inteligencia. Pero es solo a partir de tal pérdida que podemos ver el nacimiento de algo nuevo.

Jesús nos invita continuamente a morir a nosotros mismos, pero no porque la muerte sea algo hermoso, sino simplemente proque es el único camino para llegar a ser verdaderamente uno mismo.

Una semilla es sólo potencialmente una espiga, pero sólo cuando muere llega a serlo realmente.

Cada uno de nosotros es potencialmente feliz, pero sólo cuando acepta morir a sí mismo puede llegar a serlo realmente.

“El que tiene apego a su vida la perderá; el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna”.

Que es un poco como decir que quien fija su mirada en sí mismo nunca ve el camino y se estrella, pero quien sabe mirar el camino siempre llega a alguna parte y por eso mismo se ama de verdad.

“El que quiera servirme que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor. El que quiera servirme será honrado por mi Padre”.

Después de todo, lo que Jesús nos da no es difícil: ¿no estamos todos buscando a alguien que nos muestre el camino? ¿No es necesario que todos sigamos los pasos de alguien?

Jesús nos pide que lo sigamos: no para quitarnos la libertad, sino para hacerla posible.

La verdadera libertad implica sentido. Cristo nos muestra el camino y nos invita a seguirlo.

Cuando nos curamos de nuestros delirios de omnipotencia nos volvemos vulnerables pero libres al mismo tiempo.

Nuestra verdadera libertad no es partir la misma debilidad sino el hacernos cargo de ella… sin huir ni victimizarnos.”

Al culminar el encuentro, Oshiro, le entregó un presente recordatorio al Obispo y a los invitados especiales, padre Raúl Rodríguez Rancati, párroco de la Catedral de Avellaneda y a Rubén Anselmi, asistente de la gobernadora.

Estuvieron presentes representantes de los clubes rotarios de Domínico, Sarandí, Villa Industriales, invitados de socios, familiares y amigos de la institución.

La cálida velada culminó con un brindis.

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