La iniciativa fue girada a las comisiones de Finanzas y de Presupuesto y Hacienda para su análisis y cita, entre sus argumentos, la falta de efectivo que denuncian muchos clientes de bancos y usuarios de cajeros automáticos, según se informó.

En los fundamentos del proyecto, Milman sostiene que «el marcado crecimiento de la demanda de dinero por el efecto inflacionario que este Gobierno promueve disimular y minimizar; los constantes inconvenientes en la emisión monetaria, conllevando a la falta de billetes y la clara incertidumbre que ello provoca en el ciudadano al momento de hacerse de efectivo, o sea su dinero».

El diputado de GEN considera entonces que «la emisión de este nuevo billete no será la solución, pero sí permitirá una adecuación en los billetes en circulación para el desenvolvimiento de la actividad económica basada en transacciones con efectivo».

Se trata de una nominación que equivaldría a unos 50 dólares, todavía lejos de los u$s100 que tenía la máxima nominación en la década del 90, en un escenario de estabilidad de precios.