Manteros cortaron Corrientes y Florida durante cuatro horas, esta vez con una olla popular

La congestionada intersección de Corrientes y Florida, en el centro porteño, estuvo cortada cuatro horas por una nueva protesta de los “manteros” que insisten en instalarse en la principal peatonal de la ciudad, para sus ventas minoristas informales.

Los manifestantes, acompañados por familiares, armaron una “olla popular” entre el mediodía y minutos después de las 16, con la consiguiente interrupción del tránsito, en un ambiente tenso, rodeados de cordones policiales.

Eso no impidió que los manifestantes desplegaran un cartel que decía “Basta de discriminación y persecución en la vía pública. Dónde está nuestro derecho como trabajador, queremos trabajar dignamente, señor (jefe de gobierno Mauricio) Macri”, y se dedicaran a almorzar un guiso de arroz con pollo.

“Hoy es el séptimo día en que los trabajadores del espacio público, con el marco legal vigente que nos permite trabajar, no lo podemos hacer a partir de una decisión de Macri”, precisó a Télam Omar Guaraz, del movimiento Vendedores Libres.

Justamente, el aludido mandatario porteño opinó este martes que “estaría bueno que dejen de cortar la avenida Corrientes y que dejen que la gente circule libremente”, y pidió que “los fiscales y la Policía Federal actúen”.

Agregó que el propósito del gobierno de la ciudad “es defender el espacio público”, para que “nadie pueda apropiarse de él”, y para que “algunos no lo usen para beneficio propio en contra de lo que dice la ley”.

En sintonía con Macri, el ministro de Espacio Público y Ambiente, Patricio Di Stéfano, afirmó más tarde que “el Gobierno no va a convalidar lo que la ley no permite”.

El funcionario pareció descartar así una negociación con los manteros que en varias oportunidades se declararon dispuestos a acordar con las autoridades “puntos de venta” determinados para continuar con su actividad en la zona.

Di Stéfano recordó que la nueva Ley de Ferias indica cuáles mercaderías pueden venderse en la vía pública y en cuáles lugares, “y no permite vender en la calle Florida termos y ese tipo de artículos; eso va contra la ley”.

El conflicto, de larga gestación, eclosionó el martes pasado cuando el gobierno porteño desalojó por la fuerza a los vendedores con sus mantas y mercaderías de la peatonal, una de las zonas más densamente comerciales de la ciudad.

Según las autoridades de la ciudad, la venta en esas condiciones, es motorizada por organizaciones comerciales ilícitas, con depósitos disimulados en las cercanías, que instrumentan a los vendedores para la venta, y ahora, para las protestas.

“No somos ilegales, ésa es la palabra que usa Macri. Somos trabajadores de la economía informal y popular”, dijo Guaraz.

El mantero aseguró que los vendedores ambulantes de la calle Florida “somos aproximadamente 500, según el censo del juez Andrés Gallardo”.

Precisó que los manteros reclaman “ejercer el derecho constitucional de trabajar amparados por la ley 1472, artículo 73 que exceptúa de la contravención a los artistas, artesanos, vendedores ambulantes y toda aquella venta que no implica competencia desleal hacia el comercio establecido”.

Durante la protesta, una de las cocineras de la olla popular, Lidia, vendedora de juguetes, aseguró sentirse “como un barco a la deriva, donde quienes tendrían que estar dándonos una solución, no están”.

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