Los radicales rechazan un acuerdo con el PRO, pero el macrismo no cierra las puertas

Los principales dirigentes del radicalismo rechazaron la posibilidad de avanzar en un acuerdo con el PRO que permita competir en las elecciones legislativas de 2013, pero en el macrismo impera la idea de que “todo suma” para posicionar a Mauricio Macri para las presidenciales de 2015.

Los radicales sostienen que “casi no hay coincidencias ideológicas” con el PRO y limitan la posibilidad de diálogo al ámbito parlamentario, mientras que en el macrismo confiesan que las conversaciones existen pero “no a nivel orgánico sino a nivel individual”.

El diputado nacional Miguel Bazze (UCR) fue tajante al señalar que la UCR y el PRO “tienen visiones distintas” sobre el modelo de país, y aseguró que “en el radicalismo no están dadas las condiciones para ningún tipo de acercamiento por cuestiones electorales”.

“El radicalismo -advirtió ante una consulta de Télam- no tiene que abocarse hoy a discutir con quién construye una nueva alianza electoral” sino a “tratar de reinstalarse como alternativa importante frente a la sociedad”.

Para el titular del comité provincia de UCR, “el PRO tiene un pensamiento liberal o neoliberal que no es el que caracteriza a la UCR, que tiene un pensamiento más vinculado a una participación seria y responsable”.

Enterado de las versiones sobre contactos de dirigentes de su partido con el PRO, el ex candidato a presidente y diputado nacional, Ricardo Alfonsín, pidió esta semana que “se vayan” de la UCR los “chaqueteros” que “se andan cambiando la camiseta como en un equipo de fútbol”.

El malestar en la UCR se ahondó a partir de la difusión de acercamientos entre algunos intendentes radicales como Horacio “Pechi” Quiroga, de Neuquén; Héctor Gutiérrez, de Pergamino; Mario Meoni, de Junín; y de Aída Ayala, de Resistencia, con operadores políticos de Macri, como Emilio Monzó.

El jefe del radicalismo, Mario Barletta, intentó poner paños fríos cuando señaló que el hecho de que “un intendente hable con el jefe de gobierno no quiere decir que haya un acuerdo político”.

Barletta agregó que la política de alianzas deberá ser definida por la Convención nacional del partido “en el momento oportuno” y pidió que los radicales estén “juntos y que se trabaje para lograr una mayor cohesión” y no se “termine en rupturas cuando aparecen las diferencias”.

El senador por Corrientes, Eugenio “Nito” Artaza, también salió esta semana a manifestar su rechazo a un acuerdo.

“Los que quieren acordar con el PRO que se afilien al PRO. La UCR no tiene nada que ver con un partido de derecha”, escribió en su cuenta de Twitter.

La polémica se profundizó cuando el diputado nacional Oscar Aguad le recriminó a la conducción partidaria no abrir el debate para ser “una verdadera alternativa”, y el diputado Juan Tunessi lo acusó de sólo preocuparse “por defender a sus amigos del PRO”.

Aguad salió luego a aclarar que no creía en acuerdos electorales de ese tipo debido a que no tenían “efectos en el tiempo”.

Otro de los dirigentes críticos con el PRO fue esta semana Leopoldo Moreau, que cuestionó la apertura de “casas” del gobierno de la ciudad en las provincias para apoyar la candidatura de Macri al recordar que “antes los comités los abrían los partidos”.

Mientras recrudece el debate interno en el centenario partido, en el PRO eligen la cautela y no rechazar nada de plano.

Fuentes del macrismo consultadas por Télam dijeron que el PRO no planea avanzar en acuerdos a nivel orgánico pero sí a nivel individual, no sólo con los radicales sino también con los peronistas no kirchneristas.

El PRO ya está trabajando en el armado político nacional con vistas a las legislativas del 2013 e incluso a las presidenciales, lo que incluye llevar a Macri a las provincias y generar acercamientos con referentes de distintos partidos políticos.

Dentro de este armado también se busca incorporar a referentes de partidos políticos de la oposición, pero sin que se vislumbre que sea a través de acuerdos con los aparatos partidarios, con políticos de mucha trayectoria, sino “con gente nueva”, que “no tenga prejuicios con el PRO” y que tenga “representatividad política”, explicó a Télam un dirigente cercano a Macri.

Con los radicales creen que “habrá un espacio de diálogo, como para trabajar con muchos de sus miembros”, añadió, pero remarcó que los puntos de encuentro estarán enmarcados “en actividades de gestión”, lo que abona la posibilidad de que aumenten los contactos de jefes comunales radicales con el jefe del PRO.

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