La niña argentina del milagro de Juan Pablo I
Candela Giarda tenía 11 años en 2011, cuando los médicos le dijeron a su familia que ya no podían hacer nada para salvar su vida. El papa Francisco autorizó el proceso de beatificación de Albino Luciani por entender que la curación de la pequeña obedeció a un milagro de aquel pontífice que condujo a la Iglesia católica durante apenas 33 días.
La curación de una niña argentina que en 2011 tenía 11 años y cuya familia esperaba un desenlace fatal, es el “milagro reconocido por el papa Francisco” que posibilitará la beatificación de Albino Luciani, quien condujo a la Iglesia católica durante apenas 33 días con el nombre de Juan Pablo I.
Candela Giarda es el nombre de aquella niña que a partir del 23 de julio de 2011 comenzó a revertir, de pronto y sin explicaciones médicas, un cuadro severo que incluía “encefalopatía inflamatoria aguda severa, enfermedad epiléptica refractaria maligna, shock séptico”.
El cuadro clínico de la niña era muy grave, caracterizado por numerosas crisis epilépticas diarias y un estado séptico causado por una bronconeumonía. En ese contexto, los médicos que la atendían le habían informado a la familia que ya no había nada para hacer.
En la noche del 22 de julio, su madre habló con el sacerdote de la parroquia del hospital de Paraná donde estaba internada Candela y el religioso le dijo que encomendaría su vida a Juan Pablo I, en quien depositaba su fe.
Este miércoles, el Vaticano informó que el papa Francisco abrió el camino para la beatificación de Juan Pablo I, al autorizar el dictado de un decreto que reconoce como milagro “la intercesión de ese pontífice” en la curación de aquella niña de Paraná que hoy goza de buena salud.
En noviembre de 2017, Francisco había ya reconocido las “virtudes heroicas” de Juan Pablo I, y lo dejó a las puertas de la posibilidad de convertirse en “beato”, que es el paso previo a la santidad.
La muerte de Luciani, elegido el 26 de agosto de 1978 como el Papa número 263, siempre estuvo rodeada de hipótesis diversas, hasta que recientemente documentos oficiales confirmaron su deceso a causa de un infarto el 28 de septiembre del mismo año.
El paso de este miércoles, que allana el camino a la beatificación, fue dado en el marco de una audiencia de Francisco concedió al cardenal Marcello Semeraro, en la que autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos a promulgar un decreto que reconozca ese milagro.
Según se informó, la fecha de la beatificación, una vez cumplido estos pasos, será fijada por el Papa.
Uno de los libros que más contribuyó a abonar de la teoría de la muerte natural fue “Papa Luciani, crónica de una muerte”, de la periodista Stefania Falasca, vicepostuladora de la causa de canonización de Juan Pablo I y designada vicepresidenta de la fundación creada por Jorge Bergoglio en 2020 para “profundizar en la figura, el pensamiento y las enseñanzas” de Luciani.
En declaraciones a la prensa oficial del Vaticano, la sobrina de Juan Pablo I, Pia Luciani, recordó que fue “la primera” en enterarse del fallecimiento de su tío, entonces Papa.
“Fui la primera en ser informada porque mi padre, que entonces era presidente de la Cámara de Comercio de Belluno, estaba en Australia. Afortunadamente, antes de ir a Australia había venido a Roma para despedirse de su hermano. Como él no estaba y yo era la hija mayor, me informaron de la muerte de mi tío. Fue un gran shock”, planteó.
Luciani se convertirá en el cuarto Papa beatificado por Francisco, tras Pablo VI, en 2014, y Juan XXII y Juan Pablo II, canonizados ese mismo año.