Exitoso desarrollo a distancia de los talleres de Orientación Vocacional de la FRA

Se inscribieron más de 100 alumnos para los encuentros que comenzaron en agosto.

En el mes de agosto comenzó un nuevo ciclo de encuentros de los talleres gratuitos de Orientación Vocacional que dicta la Facultad Regional Avellaneda de la Universidad Tecnológica Nacional desde el año 2018, y que en esta oportunidad se está realizando a través de reuniones virtuales.

Los talleres son organizados por el Departamento de Retención y Seguimiento de Alumnos, dependiente de la Secretaría Académica, y están dirigidos a todos aquellos estudiantes que quieren recibir una orientación acerca de qué carrera profesional poder estudiar.

“Desde el mes de febrero comenzamos a preparar la inscripción virtual, sin saber que más tarde ocurriría el tema de la pandemia. Luego de iniciado el aislamiento preventivo y obligatorio, decidimos que era necesario sostener estos espacios para los jóvenes y es así que empezamos a pensar en dinámicas posibles para realizar los talleres a distancia y a reconvertir el material informativo que solemos utilizar”, expresan la Lic. Silvina Menéndez y el Esp. Ing. Fernando Cacciavillani, docentes a cargo de los encuentros. Ante los cambios que la pandemia generó en el ámbito educativo, “intentamos dar respuesta a la demanda de los talleres teniendo en cuenta la situación social”, agregan.

La inscripción comenzó a principios de mayo, y en una semana “superamos las vacantes que teníamos pensadas”, cuentan la Lic. Menéndez y el Esp. Ing. Cacciavillani, y amplían: “El formato de taller implica poder hacer un trabajo de intercambio grupal, por lo tanto, el número de inscriptos por grupo no debe superar los 25 participantes. Ante la cantidad de solicitudes de vacantes que recibimos de parte de colegios, jóvenes, padres y profesores, tuvimos que agregar dos grupos más y completamos un total de 105 estudiantes inscriptos que organizamos en cuatro talleres de seis encuentros de 90 minutos cada uno”.

De esos cuatro talleres, dos comenzaron a dictarse el 7 de agosto, con fecha de finalización el 11 de septiembre, y los dos restantes darán inicio el 18 de septiembre, hasta el 23 de octubre. “Pensamos la modalidad virtual para ser desarrollada en dos espacios: los encuentros sincrónicos, dictados a través de la plataforma Zoom, donde se generan intercambios con los participantes y abordamos las problemáticas que implica la elección vocacional; y un espacio diacrónico, que tiene lugar a través de un aula virtual en la plataforma Classroom de Google, con actividades donde se completan test vocacionales y se propician discusiones sobre videos y otros materiales que son compartidos en el
transcurso de las semanas”, explican los docentes.

En relación con el contexto sanitario actual, los profesionales remarcan que “es tanta la incertidumbre de lo que estamos viviendo que el momento del taller se vuelve un espacio que conecta al estudiante con lo vital, con el futuro, y a nosotros también”. Y destacan particularmente el interés por participar, a pesar de las dificultades: “Algunos jóvenes no cuentan ni con cámara ni con micrófono y escriben en el chat del Zoom, o se conectan desde un celular y están participando activamente durante una hora y media. Esto resulta muy motivador, por eso pensamos la necesidad de que estos espacios se multipliquen”.

El objetivo de los talleres es que los estudiantes puedan intercambiar ideas, opiniones, expectativas y temores acerca de su futura elección profesional. “El mayor desafío es convocarlos a ser protagonistas de su propio proceso de decisión vocacional”, comenta Fernando Cacciavillani, y aclara que “la Orientación Vocacional ya no se propone correlacionar las aptitudes de los individuos con los requerimientos que los diversos puestos de trabajo van poniendo en evidencia, como lo era en sus inicios. Hoy pensamos a la vocación como una construcción que se va actualizando y reconstruyendo a lo largo de la vida y que está en relación con el proyecto personal de cada individuo”. “Elegir supone un proceso, un tiempo en el que se irán produciendo transformaciones. Ese proceso implica, desde lo manifiesto, el reconocimiento de las propias motivaciones, deseos, intereses y habilidades, así como el acercamiento a la información sobre el mundo académico y laboral; en tanto, desde el aspecto inconsciente, supone la elaboración de las problemáticas propias de la adolescencia que, en el mejor de los casos, llevará a un nuevo posicionamiento subjetivo en relación con su deseo y con el Otro”, describe a su vez Silvina Menéndez.

Como cierre, ambos consideran fundamental ofrecer un espacio “donde los jóvenes puedan desplegar sus inquietudes y preguntas sin censuras ni críticas, y tampoco se los obture ofreciendo respuestas anticipadas o arbitrarias”. “Es por esa vía que podrán aventurarse a la construcción de un proyecto futuro”, concluyen.

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