“El colapso del sistema de salud repercutiría negativamente sobre todas las demás problemáticas sanitarias”

La Red Argentina de Investigadoras e Investigadores de Salud emitió un comunicado donde remarca la necesidad de políticas públicas para mitigar el aceleramiento de contagios y donde convoca a la sociedad a extremar las medidas de cuidado. Su presidenta expresó que una saturación sería crítica tanto para pacientes con coronavirus como con otras enfermedades.

Nicolás Camargo Lescano (Agencia CTyS-UNLaM)- Frente a la constante suba de casos de coronavirus y la alerta ante un posible colapso del sistema sanitario, la Red Argentina de Investigadoras e Investigadores de Salud (RAIIS) emitió un comunicado donde subraya la necesidad de medidas de política pública para reducir la transmisión del virus y ganar tiempo, tanto para avanzar con la vacunación como para proteger a los grupos de riesgo.

“Si se pusiera colores a las alertas, como ocurre en muchas problemáticas sanitarias, de mantenerse esta tasa de contagio, la proyección sería una alerta totalmente roja. De profundizarse esta situación, muchos habitantes se quedarán sin el derecho a una atención digna”, alertó la doctora María Soledad Santini, investigadora adjunta del CONICET y presidenta de la RAIIS, en diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM.

En el comunicado, la RAIIS llama “a las autoridades de todos los niveles a unificar criterios, teniendo como ordenador la necesidad de tomar medidas urgentes que mitiguen la aceleración de contagios”, a la vez que convoca “a la sociedad a redoblar esfuerzos de cuidado, dejando de lado actitudes de individualismo”.

Además, destaca la necesidad de “articular el eje de la salud, como un eje transversal de política de Estado para que se garantice y respete este derecho a todos los habitantes del país”.

En relación al complejo escenario de pandemia, Santini expresó que el acento debe ponerse en el recurso humano. “Sabemos que hay hospitales públicos que siguen sumando salas para atender a pacientes con COVID-19, pero lo importante es entender que el insumo crítico no es el equipamiento, sino el conocimiento de los distintos profesionales que conforman el sistema sanitario y que deben transitar años de estudios para poder afrontar estas tareas”, remarcó.

En este sentido, la investigadora resaltó que, en toda esta situación, también se debe considerar el cansancio físico y psíquico de los empleados. “El personal sanitario incluye a todos los que trabajamos en esto: el terapista, el enfermero, el camillero, el personal de carga de datos… el sistema sanitario no empieza en una salita y termina en un hospital, es un sistema multidimensional donde miles de actores están trabajando día a día”, subrayó.

La investigadora advirtió que una situación de colapso sanitario sería crítica no sólo para pacientes con coronavirus, sino para otras enfermedades y tratamientos.

“Un sistema colapsado es un sistema que se paraliza. Si una persona debe ser intervenida por problema menor, si el tiempo pasa y no es atendido, hay una alta probabilidad de que ese problema se agrave. El colapso del sistema repercute negativamente sobre todas las demás problemáticas sanitarias. En Argentina, tenemos otras endemias como epidemias que debemos contener, y es exactamente el mismo sistema el que lo atiende”, subrayó.

Al comparar el escenario de la primera y la segunda ola, la investigadora del CONICET expresó que esta última encuentra a la sociedad “con redes ya en funcionamiento, con barbijos para toda la población, con mayor conocimiento científico y con gran parte del personal sanitario, población de riesgo y personal expuesto, como los docentes, que recibieron al menos una dosis de la vacuna”.

“En el país, pudimos contener la primera ola de la pandemia sin que el sistema sanitario colapse. Y, a medida que se vaya avanzando en el tiempo, vamos a poder sacar más y mejores conclusiones de la pandemia. Dado todo este complejo escenario, es clave que un país tenga como objetivo de Estado la soberanía, con la ciencia como pilar y la salud como derecho. Son cuestiones que las estamos viendo reflejadas con las vacunas producidas por estados y las vacunas producidas por empresas privadas”, concluyó.

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