Distinguieron por su trayectoria comercial al Vivero El Colono y la Pizzería El Rubí de Lanús

Como lo hace habitualmente, el Intendente de Lanús Néstor Grindetti visitó comercios de la ciudad y los galardonó con el reconocimiento al “Buen Comercio” y “Valores del Barrio”.

La intensa lluvia del miércoles por la tarde no impidió que el jefe Comunal se acerque a visitar a don Eliseo Ferreira, propietario del vivero El Colono de Anatole France al 1800 para reconocerlo por su trayectoria como “Buen Comercio”.

 

Este emprendimiento nacido en 1938 vio crecer a un chico que de cadete, se puso con su empuje emprendedor al frente de ese vivero y con sus 83 años se sienta feliz de seguir brindando servicios a nuestra ciudad. Allí, Grindetti, entre otros temas, conversó sobre las obras dispuestas para la zona.

 

Posteriormente, galardonó como “Valores del Barrio” a la pizzería El Rubí.

 

El Rubí es la pizzería más antigua de Lanús, fundada en 1926, siempre en el mismo lugar donde la calle Sarmiento muere en Ituzaingó y con la misma calidad de la tradicional pizza de molde. Entrar en El Rubí es como estar en el túnel del tiempo, las mesas, las sillas, mostradores, todo tiene ese aire de décadas atrás. En los estantes hay algunas botellas viejas y empolvadas. La pizza guarda la excelencia de siempre, se vende por porción, entera y se puede comer de parado con un guiño de buen vino moscato. Sus habitués insisten en contarnos sus historias que muchas veces tienen que ver con un pedazo de su infancia ligada al lugar. Un lugar emblemático de Lanús, originario de una familia centenaria de la zona, la familia Florio siempre elaborando pizzas de gran sabor y siempre igual, con gran calidad de productos. En nuestra adolescencia la salida era cine Rex o el cine National y la pizza del Rubí, la mejor, hoy ya no en manos de sus originales dueños, pero manteniendo el mismo sabor y calidad.

 

Daniel Oubiña, gallego de Pontevedra que con 18 años dejó su pueblo de España y recaló en Lanús donde hizo su casa, su familia y con sus 80 años reconoce estar feliz de vivir en “un país maravilloso”, sigue al frente de la emblemática pizzería junto a sus hijos Daniel y Beatriz que cotidianamente abren las persianas de 9 a 23 para satisfacción de los parroquianos, trabajadores, colectiveros y nostálgicos que no dejan de visitarla. Así, entre recuerdos y en una charla distendida, el Intendente Grindetti cumplió el sueño de Don Daniel cuando un viejo intendente le decía “al Rubí hay que hacerle un monumento”.

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