Una nueva actitud de intolerancia democrática en tiempos de campaña vuelven a mostrarnos los responsables de la campaña política del oficialismo.
Insisto en no dar crédito de que las decisiones partan de la primera línea de la conducción partidaria, me inclino en pensar que se trata de los siempre dispuestos obsecuentes que muchas veces identificamos como “mas papistas que el Papa”, pero que una verdadera conducción debería poder controlar. Insisto en responsabilizar algún emulo de Ruggerito que quiere consentir al nuevo Barceló. Y en esa empecinada obsecuencia se llevan puesto un discurso del que se jactan, a través de la ejecución de estas maniobras en contra de otros partidos políticos. Se enfrenta el discurso democrático del que hacen bandera contra un hecho delictivo, una práctica de la vieja política.
En la última semana hemos sido blanco (nosotros y otros partidos políticos también) de un sistemático ataque a nuestros carteles publicitarios de la campaña política. Como verán nuestras expresiones de CAMBIEMOS no consiste en pintar las paredones, ni en ensuciar con pegatinas las paredes de nuestra Ciudad.
Nuestros militantes y nuestros recursos son direccionados a comunicar de diversas formas nuestras propuestas, encontrándose entre ellas los carteles o banner apoyados sobre diversos postes en la vía pública. Son colocados al comenzar el día y los retiramos entrada la tarde. Reitero: sin ensuciar la ciudad, sin invadir ni vulnerar derechos de propiedad ajenos.
Durante estos últimos días estos carteles fueron destruidos y/o robados de la vía pública por camionetas y empleados municipales. Sin mediar palabra alguna literalmente desaparecieron o aparecieron rotos. Digo esto porque quizás pueda ocurrir que se trate de un programa de limpieza y ordenamiento de la vía pública que justo se efectúa durante la campaña y que empieza por los carteles políticos. Pero no. Porque si uno recorre la ciudad se encuentran carteles con las mismas características pero del Frente para la Victoria.

Por esta razón, creo que la acción violenta y descontrolada tiene clara intención. No darnos espacio, no perder la calle como ellos le dicen y también tienen un responsable.
Apelamos a la conducción partidaria del PJ gobernante que en pos de la construcción democrática no pongamos Avellaneda como protagonistas de nuevos atropellos y conductas cuasi delictivas que atentan contra la vida cívica y democrática de nuestra querida Ciudad.
Sebastián Vinagre
Candidato CAMBIEMOS

drvinagre@speedy.com.ar