Confirman los procesamientos de Pedraza y un ex juez federal por tráfico de influencias

La Sala VI de la Cámara del Crimen confirmó los procesamientos de José Pedraza y del ex juez federal Octavio Aráoz de Lamadrid por tráfico de influencias y pago de sobornos durante el proceso por el homicidio de Mariano Ferreyra.

Fuentes judiciales indicaron que la medida dictada este mediodía por los camaristas Marcelo Lucini, Mario Filozof y Ricardo Matías Pinto también alcanzó al ex empleado de la Cámara Federal de Casación Penal Luis Escobar, al presunto agente de inteligencia Juan José Riquelme y al contador de la Unión Ferroviaria Angel Stafforini.

En una resolución de 64 carillas, a la que Télam tuvo acceso, los magistrados resolvieron en primer término “no hacer lugar a los planteos de nulidades y de inconstitucionalidad” efectuados por las defensas de los imputados y luego “confirmar los puntos del auto referido que fueron materia de recurso”.

Los imputados –quienes quedaron en los umbrales del juicio oral y público- están acusados de los delitos de “tráfico de influencias agravado, reiterado en dos oportunidades, que concurre materialmente con el de cohecho activo” y embarga sus bienes en la suma de 200.000 pesos.

Con este fallo suscripto hoy la Sala Sexta de la Cámara en lo Criminal y Correccional ratifica los procesamientos dictados en primera instancia por el actual juez federal Luis Rodríguez, en septiembre último cuando estaba a cargo del juzgado de instrucción número once.

En esa oportunidad el magistrado imputó a los procesados por presunto “tráfico de influencias y pago de sobornos en grado de tentativa”, mediante una supuesta maniobra en la que habrían intervenido para evitar que Pedraza fuese a prisión.
“El Tribunal entiende que las constancias de la causa, analizadas y articuladas en forma armónica, permiten demostrar, por lo menos, a esta altura del trámite, la presencia de los pactos venales acordados para lograr objetivos ilícitos”, indicaron los magistrados en la resolución firmada este mediodía.

En ese sentido los camaristas añadieron que “se acreditó de modo fehaciente la vinculación entre los implicados, que con un designio común ejecutaron las acciones que estaban al alcance de cada uno, sacando para eso provecho de las relaciones preexistentes”.

Esas conductas, añadieron los jueces, tenían “el inequívoco designio de torcer el destino que deparaba el trámite de las actuaciones individualizadas, tratando de lograr por entonces impunidad para Pedraza -u otros-, en el crimen que se estaba investigando”.

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