Cabandié en conferencia de la UNLa: “Tenemos cambiar procesos productivos para evitar tener perjuicios económicos en el comercio exterior de los próximos años”

El Ministro de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible subrayó que más allá de la cuestión de la preservación,
será fundamental ir modificando hábitos en la producción agropecuaria porque el país corre riesgo de perder
mercados como el europeo por el uso del glifosato. “No es un Boca-River”, comentó sobre el uso de ese
producto.

En el marco de las actividades por los 23 años del inicio de las actividades académicas de la Universidad Nacional de Lanús (UNLa), el ministro de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, participó de una conferencia virtual en la que enfatizó que la agenda ambiental hoy tiene no solo una importancia en cuanto a la preservación del hábitat y la salud de los argentinos, sino que, no modificar prácticas productivas actuales nocivas, puede provocar problemas en el comercio internacional del país en los próximo años.

En ese sentido resaltó que si bien el país le vende soja a China -donde está permitido el uso de glifosato-, hay países europeos que hoy le compran trigo a la Argentina y que pueden dejar de hacerlo en los próximos años porque no permitirán más la adquisición de productos agrícolas producidos con ese componente (puso de ejemplo a Alemania y Francia). Por otro lado, en poco tiempo varios países también podrán de carne porque el ganado está en zonas donde se fumiga con ese producto tóxico.

“También puede ocurrir con la soja, que no solamente exportamos a China”, explicó el funcionario en el marco de la conferencia “Ambiente, Pobreza y Desarrollo”, brindada hoy virtualmente por la UNLa, en la que participaron la rectora Ana Jaramillo; el director del Departamento de Desarrollo Productivo y Tecnológico, Pablo Narvaja; y la directora de la Licenciatura en Gestión Ambiental Urbana, Sol Quiroga.

“La soja permite el ingreso de divisas, pero utiliza glifosato que daña la salud. Y esta no es una discusión campo versus ciudad, sino que es algo que lo determinan estudios científicos. Entonces decir que el glifosato trae problemas de salud es ir en contra de ciertos intereses y eso me valió que varios portales hablaran mal de mí y hasta me amenazaran de muerte”, sorprendió en otro tramo de la alocución con esa revelación.

En ese sentido, Cabandié también habló de Vaca Muerta: “No digo que haya que cerrarla, pero sí tengo la obligación de alertar sobre las consecuencias del fracking. Es más cómodo no decirlo, pero hay que poner las cartas sobre la mesa”, explicó.

Siguiendo con esa línea alertó que, de no abordar esos temas, incluso el país fue sufrir sanciones económicas en las próximas décadas: “La Agenda 2030 de las Naciones Unidad prevé multas económicas para países que en esa fecha no hayan disminuido su pasivo ambiental y sus niveles de emisiones. Entonces como sociedad estamos obligados a modificar prácticas. No hay plan B. El calentamiento global, a mediano plazo, puede provocar mayores pérdidas económicas”, enfatizó.

En otro orden, alertó que recibió un ministerio “paralizado”: “Se usaba el financiamiento externo para hacer estudios de estudios y terminar presentando un proyecto de ley al año. Encima también se contrataban consultoras extranjeras. No se gestionaba”.

Y agregó: “Los pocos dólares que tenía el país se usaban para importar residuos. Cuando asumí detuve esa locura. Con cada empresa que necesitara residuos como insumo, la empezamos a contactar con galpones verdes de los municipios. Así al que precisaba, por ejemplo, caucho granulado o cartón lo conectamos con el lugar donde haya”.

Al ser consultado por el tratamiento de residuos, destacó: “No ha sido una política nacional, porque depende de cada municipio. Pero tenemos que coordinar actores porque los residuos son fuentes de recursos y empleo. Hay miles de trabajadores recicladores. Son un eslabón de la economía que hay que potenciar. Hoy con los residuos se hacen ropa, canchas sintéticas de fútbol y de vóley, botellas, se hacen muebles, juegos infantiles para plazas”, graficó.

“Hay que poner este tema en debate, especialmente para las personas más humildes que viven cerca de los
5 mil basurales a cielo abierto que tenemos en el país”, agregó.

Por último, instó a “no tomar la temática ambiental como una agenda colorida, simpática, como muchas veces, sino como una agenda de mucha responsabilidad. Es una obligación moral que tenemos como sociedad”, cerró.

La rectora Jaramillo, por su parte, recordó que la UNLa es una universidad que contribuye a resolver los problemas nacionales. En tal sentido, le señaló al Ministro que la institución “está totalmente disponible para participar en acciones que contribuyan a mejorar el medioambiente”.

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