Botnia: el Canciller desmintió que el acuerdo con Uruguay por el monitoreo esté «cerrado»

El canciller Héctor Timerman desmintió las declaraciones del vicecanciller uruguayo, Roberto Conde, quien había dicho que el acuerdo estaba cerrado. «Nuestra cancillería desconoce a qué se refiere», aclaró

«El acuerdo es simple: acceso irrestricto a los científicos para que controlen Botnia y todos los establecimientos industriales y agropecuarios en ambas márgenes del Rio Uruguay», dijo Timerman en su cuenta de Twitter.

En ese sentido, agregó que «debe resolverse dejándolo en manos de científicos que estudien y monitoreen el impacto en el Río Uruguay de las actividades industriales y agrícolas que se desarrollan en ambas márgenes del río».

Timerman reiteró que con Uruguay se está «hablando de un tema de control ambiental» y recalcó que «no es un problema político y no debemos politizarlo».

El canciller explicó que el diferendo «debe resolverse dejándolo en manos de científicos que estudien y monitoreen el impacto en el Río Uruguay de las actividades industriales y agrícolas que se desarrollan en ambas márgenes del río».

«Luego del fallo de La Haya y el acuerdo de ambos presidentes en la Declaración de Anchorena hemos llegado a este momento», resaltó.

En ese sentido afirmó que «debemos dar instrucciones a la CARU sobre como proceder a cuidar el medio ambiente».

Timerman recordó que hace unas semanas la Argentina ha presentado una propuesta que engloba al fallo de La Haya y la declaración de Anchorena y que «se enmarca en el espíritu de hermandad de ambos pueblos», tal como ya lo había manifestado el presidente Mujica junto a Cristina Fernández de Kirchner en una conferencia de prensa conjunta.

Timerman consignó que se decidió abrir al control científico, y sólo científico, a todos los establecimientos industriales y agrícolas que estén sobre ambas márgenes del Río Uruguay y en primer lugar la planta de Botnia-UPM, así como aquellos que se instalen en el futuro.

«No pedimos nada que no estemos dispuestos a ofrecer. La posible contaminación del Río Uruguay no afecta a un sólo país. Sus efectos no respetan fronteras ni necesitan pasaportes», enfatizó el canciller.

Finalmente, Timerman sostuvo que a pesar de que el fallo de La Haya ordena monitorear sólo el funcionamiento de la planta de Botnia -UPM, la Argentina «ofrece extender el mismo control a todo el Río y a ambas márgenes».

«Brindemos un ejemplo de cooperación en el cuidado de nuestro medio ambiente y trabajemos juntos para obtener nuevas fuentes de desarrollo económico que generen trabajo digno y una mejor calidad de vida a todos, uruguayos y argentinos», puntualizó.

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