Avellaneda: Una huerta en medio de la Isla Maciel

Técnicos del Programa Prohuerta (Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación/INTA) de la agencia Avellaneda colaboran en la Isla Maciel en un proyecto de huerta comunitaria clave. Parte de los vegetales que se obtengan de ella, serán insumos básicos para el comedor de la parroquia Nuestra Señora de Fátima, a cargo del Padre Mario Ghisaura.

“Siembra y destino, después esperar. / Sobre sus ojos de lluvia /regaba esperanzas (…)”, como en los versos del tema Luna y cosecha un grupo de voluntarios trabaja en la Parroquia Nuestra Señora de Fátima en la Isla Maciel (a 15 minutos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) junto a técnicos del Programa Prohuerta (Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación/INTA) de la agencia Avellaneda del INTA AMBA en la construcción paciente de una huerta.

“La propuesta es iniciar una huerta en la comunidad del barrio para que los chicos se acerquen y aprendan a cultivar sus alimentos”, explica desde el terreno Adriano De Liberto, técnico del INTA.

Para lograr la tarea avanzaron en la preparación de la tierra y en la realización de la siembra de achicoria, acelga, lechuga, repollo, entre otras especies. Luego quedará la tarea del cuidado, riego y atención que los niños de esta comunidad deberán tener con la ayuda de las familias para lograr una buena cosecha.

Jorge Caram, uno de los voluntarios, explicó que “estamos muy bien y más que contentos con esta iniciativa” y agradeció al sacerdote Mauro Ghisaura quien donó la porción de tierra para que el trabajo pueda brindar verdaderos frutos.

Parte de los vegetales de la esta huerta serán insumos básicos para el comedor de la parroquia que con esfuerzo prepara una cierta cantidad de raciones.

“Tenemos muchas esperanzas que puedan sumarse nuevos voluntarios y vecinos a esta propuesta que busca funcionar como un espacio que ayude a concientizar sobre la importancia del trabajo de la tierra”, coincidieron los presentes.

Más fuertes
De Liberto destaca que esta iniciativa es clave para la comunidad de la Isla Maciel y sobre todo para los más chicos quienes desde el contacto con la naturaleza logran: “Dialogar con la tierra para que sea más fecunda. En esas semillas sembradas está el nacimiento de nuestros alimentos y el símbolo de una comunidad que se une para ser más fuerte”.

Para lograrlo los participantes recibirán el asesoramiento de los técnicos de la agencia Avellaneda quienes marcarán los pasos a seguir. Ya diseñada la huerta y la preparación de la tierra quedará para una buena siembra realizar un correcto riego, abono, rotación y mantenimiento de la huerta.

Semilla que abrazó a la tierra y que acaricia el alma. Generosas provisiones que también son magnífica lluvia, ternura de sol, música del viento, abrazos de la naturaleza invitada a cada huerta: calidez de un puente hacia una vida mejor…

Para más información: eeaamba.comunica@inta.gob.ar

Federico Gastón Guerra

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