Alcohólicos Anónimos y una lucha que se da “día a día, las 24 horas”
Hay comunidades en Avellaneda centro, Wilde, Domínico, Gerli y Sarandí.
Las adicciones son un flagelo que azota a la sociedad desde hace muchos años y, sin bien las éstas van cambiando y evolucionando, siempre se puede caer en el abuso de sustancias o conductas que son nocivas. El alcohol, las drogas o el juego no discriminan edad, género o creencia. Para salir de ellas hace falta ayuda profesional, pero también una red de contención que conozca de qué se trata.
En cuanto a este último aspecto, Alcohólicos Anónimos es una de las más conocidas y con mayor trayectoria en todo el país, ayudando a distintas personas a poder vivir sin el alcohol. En Avellaneda, cuenta con dos grupos en Sarandí, Avellaneda Centro y Wilde; y uno en Villa Dominico y Gerli, que abren sus puertas a la espera de poder auxiliar al prójimo.
En ese marco el grupo “Humildad” funciona martes y jueves de 19 a 21 en Belgrano 2676 y el “Sarandí” lunes, miércoles y viernes de 19 a 21 y domingos de 18 a 20 en Mitre 3779. En tanto, el grupo “Gerli” los martes y jueves de 19 a 21 el Yrigoyen 2400, el “Wilde” los sábados de 18 a 19.30 en Raquel Español 371 y el “14 de Abril” abres sus puertas solo a mujeres los jueves de 19 a 20.30 en Rodó 245.
Finalmente, el grupo “Avellaneda” funciona lunes y miércoles de 18 a 20 y los domingos de 10 a 12 en Lavalle 89; y el “Asunción” los lunes y jueves de 19 a 21 en Asunción 226.
Aquellos que deseen hacer alguna consulta podrán hacerlo al teléfono 5263-8621 o en la guardia telefónica al 2343-9632.
Sin aviso previo
Para asistir a estos grupos no hace falta llamar con anticipación, alcanza con ir a un punto de encuentro, en el horario indicado y presentarse. La asistencia es individual, mientras aquellos parientes que deseen sumarse a algún grupo para poder colaborar con sus seres queridos deberán hacerlo en “Al-Anon”, que funciona en la Iglesia de Loreto, en Mitre 3779, de lunes a viernes de 18 a 20.
“También hay otra opción, que se usa menos, que es la de transformar la reunión cerrada en una abierta, para poder incorporar a aquella persona que acompaña al que tiene problemas con el alcohol”, comentaron desde Alcohólicos Anónimos.
Experiencias personales
Todas las personas son distintas y todos los casos son distintos, como así también los motivos por el cual llegan a Alcohólicos Anónimos. “La gente llega de la forma que pueda, a mí me trajeron en agosto de 1982, porque el padre de una de mis ahijadas detectó que yo tenía problemas con el alcohol y me trajo a la comunidad y, gracias a Dios, me pude quedar y trato de estar cada vez más aferrado a ella”, comentó Osvaldo, quien compartió su experiencia con La Ciudad.
“Hablo de Dios porque soy creyente, pero Alcohólicos Anónimos está a abierta a todo tipo de creencia, porque no se habla de religión. La comunidad es muy libre”, remarcó.
“Llegué a los 28 años a la comunidad, cuando tomaba bebida blanca a la mañana y ya incursionando en las drogas. En casa no me decían nada, pero un día el padre de mi ahijada se dio cuenta que estaba alcoholizado cuando fui a verla y me habló”, describió.
Consultado sobre cómo es el primer día, Osvaldo explicó que “cuando llega un nuevo integrante, trato de darle la mayor cantidad de información que pueda, el tema es mantener un equilibrio para no sobrepasarlo de datos, pero sí explicarle que el alcoholismo es una enfermedad que no se cura pero que se puede detener”.
“Le explicamos que se puede vivir sin beber, que esta lucha es día a día, las 24 horas. Hoy en día estoy viviendo muy bien gracia a haber ingresado y permanecido en el grupo”, sostuvo.
“La persona que recién llega al grupo es la más importante, porque está desconociendo un montón de cosas y nosotros, al igual que lo hicieron las personas que estaban con anterioridad a mi ingreso, tenemos que brindarles toda la información”, dijo Osvaldo, agregando que “se tienen que ir de esa primera reunión lo más informado posible, pero a su vez trasmitirle la importancia de que regresen, porque todos los días es la lucha”.
Edad de ingreso
La edad de inicio en el alcoholismo ha disminuido de manera significativa. Osvaldo contaba a La Ciudad que él había empezado a beber a los 18, pero que llegó a Alcohólicos Anónimos recién una década después. “Alcohólicos Anónimos no hace estadísticas, pero yo noto que, hoy por hoy, los inicios están en los 12 o 13 años y, gracias a Dios, se ha difundido tanto esta comunidad que, por los menos, pueden intentar quedarse en nuestro grupo”, detalló.
“Si se quedan o no después es otro tema, porque hay que ver el deterioro que ocasionó el alcohol y, además que el alcoholismo te abre la puerta de la droga. Se puede vivir sin beber y se vive muy bien”, enfatizó Osvaldo.
“No todos son jóvenes los que vienen, pero muchos tienen entre los 20 y 30 años. Esta bueno que de difunda el grupo, después cada uno hará su experiencia”, aseguró.
“Cuando uno bebe mucho todo el mundo se da cuenta, pero es el interesado en asistir al grupo el que tiene que reconocerse o percibirse alcohólico. Yo puse mucho esfuerzo para no beber más y mis compañeros trabajaron también, me siento bárbaro y sigo en el grupo porque quiero seguir mejorando”, concluyó Osvaldo.