A 40 años de la Masacre de Trelew, rindieron un emotivo homenaje a las víctimas

A 40 años de la Masacre de Trelew la ciudad que aspira a convertirse en la capital nacional de los derechos humanos rindió este miércoles un emotivo homenaje a los 19 presos políticos fusilados el 22 de agosto de 1972, de los cuales sólo tres sobrevivieron.

En el Espacio de la Memoria ubicado en el viejo aeropuerto de Trelew, militantes, gobernadores, funcionarios y familiares de las víctimas se dieron cita para hacer memoria y resaltar que la política de derechos humanos convertida en una cuestión de Estado por el gobierno nacional permitió que hoy estén en el banquillo de los acusados los responsables de aquellos asesinatos.

Así lo destacó el gobernador Martín Buzzi, quien al hablar en un palco con la emblemática fotografía de los presos políticos rindiéndose en el aeropuerto, dijo que “hoy estamos acá porque Néstor y Cristina pusieron sobre la mesa la política de derechos humanos”.

Afirmó que “no son muchos los Estados que juzgaron a sus genocidas. En Nüremberg fueron jueces norteamericanos e ingleses que juzgaron a los nazis, pero no alemanes. Tampoco lo hizo España con los genocidas de la guerra civil y cuando Baltasar Garzón quiso hacerlo tuvo que exiliarse”.

“Las figuras de Néstor y Cristina hacen que después de 40 años lleguemos al juicio para buscar justicia”, agregó.

En el mismo sentido se pronunció el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, quien remarcó “la heroica decisión de Néstor de poner fin a las leyes de punto final y obediencia debida para que Argentina vuelva a tener justicia”.

A su turno, Marcelo Duhalde, hermano del fallecido secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, sostuvo que “tenemos un país diferente, donde los asesinos están siendo juzgados”.

También Fernando Vaca Narvaja, ex dirigente montonero que logró fugarse a Chile junto a Mario Roberto Santucho y Enrique Gorriarán Merlo, entre otros, se refirió a Kirchner y dijo que “después de la masacre miles de jóvenes se volcaron a la militancia asumiendo un compromiso y tras el fallecimiento de Néstor otros miles de jóvenes han hecho lo mismo”.

Por el escenario pasaron Taty Almeida, madre de Plaza de Mayo- Línea Fundadora, quien leyó un poema de su hijo desaparecido y familiares de las víctimas.

En tanto, militantes de La Cámpora, JP Evita y Kolina alentaron con sus consignas a lo largo del acto.

En el escenario también estaban ex presos políticos del penal de Rawson que se quedaron para garantizar la fuga: Raúl Lescano, Rubén Suárez, Dalmiro Suárez, Martín Jaime y Carlos González.

Otro emotivo momento se vivió cuando en un espacio del viejo aeropuerto se descubrió un busto de Mariano Pujadas realizado en 1973 por el escultor Horacio Mayo, quien se lo dio a la familia del militante fusilado en la base Almirante Zar.

La familia de Pujadas fue asesinada casi en su totalidad durante la última dictadura y sus restos arrojados a una fosa común junto con el busto, que fue recuperado para que quede instalada en el Espacio de la Memoria.

En ese mismo lugar se inauguró un mural perteneciente al programa “Que florezcan mil murales” con los rostros de Kirchner, Cristina, Ernesto “Che” Guevara y Arturo Jauretche, entre decenas de dirigentes populares.

Sobre el final, los presentes coincidieron en que más allá de las diferencias políticas y las organizaciones el hecho colectivo de reivindicar la memoria de los fusilados es lo que llevará a la justicia y a la sentencia contra los responsables de la masacre que se conocerá en septiembre próximo.

El 22 de agosto de 1972 en horas de la madrugada, 19 presos políticos que habían tomado parte de un operativo de fuga una semana antes del penal de Rawson -sólo seis jefes guerrilleros lograron escapar en avión-, fueron fusilados dentro de la Base Aeronaval Almirante Zar.

De ellos 16 murieron y tres sobrevivieron al ser dados por muertos por el personal de la Armada: María Antonia Berger, Alberto Camps y Ricardo Haidar, todos desaparecidos durante la última dictadura.

Fueron estos quienes posteriormente dieron testimonio de la Masacre en un célebre reportaje que les hizo meses después dentro de la cárcel de Villa Devoto, el poeta y periodista Francisco “Paco” Urondo -hoy también desaparecido-, quien luego volcó esos testimonios en el libro “La patria fusilada”.

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