La Obra de Don Bosco tiene su capilla en Avellaneda

La comunidad religiosa del oratorio Centenario Don Bosco, de Avellaneda, celebró la inauguración y bendición de su capilla, dedicada a san Juan Bosco. La primera celebración eucarística fue presidida por el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia, quien exhortó a la comunidad salesiana a “no perder la identidad de ser buenas personas y cristianos en serio”.

(AICA) La comunidad religiosa del oratorio Centenario Don Bosco, de Avellaneda, celebró la inauguración y bendición de su capilla, dedicada a san Juan Bosco. La primera celebración eucarística fue presidida por el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia, el domingo 1º de marzo por la mañana.

 

 

Monseñor Frassia se mostró alegre de poder inaugurar el templo y valoró el esfuerzo de los sacerdotes, de la comunidad y de los donantes que se comprometieron para erigir el templo. Aseguró que el significado más profundo de esta capilla es la presencia del Señor: “Dios está aquí, y es muy importante venir a visitarlo, venir a tomar fuerza, ser agradecidos y tener la fortaleza de vivir una vida más digna, de identidad cristiana”.

 

El obispo alentó a la comunidad a rezar para encontrar en Dios las fuerzas necesarias para vivir. Aseguró que vivimos en un mundo “triste y sin entusiasmo” porque “no sabemos recurrir a la fuente y a la fuerza de la oración”.

 

Comentando el pasaje de la Transfiguración del Señor, monseñor Frassia consideró que la voz de Dios reconociendo a Jesús como el Hijo muy amado, a quien se debe escuchar, identifica a todos los bautizados en la comunidad de discípulos. Por ello, invitó a la comunidad salesiana a vivir comprometidos, siendo coherentes y cercanos a las necesidades del prójimo, y los exhortó a “no perder la identidad de ser buenas personas y cristianos en serio”.

 

“Que María Auxiliadora nos ayude a vivir intensamente nuestra vocación, y que el Señor nos dé la fuerza para que tengamos la alegría del cristiano. No somos personas tristes, no estamos derrotados ni vencidos, el mal jamás podrá vencer al bien. Que la fuerza de Cristo presida nuestra vida, porque si Él está presente en nuestra vida ¿quién podrá contra nosotros? ¡Nadie! Ni siquiera la tentación más grande que nos pueda hacer perder el camino”, concluyó el prelado.

 

Características del templo
La capilla, ubicada en Salta 1515, cuenta con un diseño transversal, con el fin de acercar a los fieles al altar. Los bancos se ubican de manera radial, con el altar en el centro visual del espacio. En el acceso al nuevo templo hay una cruz, y a sus pies un símbolo mariano.

 

Los muros del templo son curvos. La ornamentación es mínima, al igual que el mobiliario, solo lo necesario para fijar la atención en lo que se está celebrando. En cuanto a la iluminación, se dispusieron distintos tipos de aberturas y vanos, que permiten según la hora y la época del año lograr distintas vivencias, queriendo atrapar la luz solar.

 

El altar, confeccionado en cemento rústico tratando de manifestar a Cristo, la roca firme, fue elaborado de una sola pieza simbolizando que Cristo es uno. El tablero horizontal se encuentra biselado en los costados, como símbolo de la Gracia de Dios derramándose desde el altar sobre su pueblo. La base cóncava apunta hacia los feligreses.

 

En el presbiterio, el altar se encuentra sobre el ichtus, símbolo que consiste en dos arcos que se intersectan formando el perfil de un pez, empleado por los primeros cristianos como un símbolo de su fe. El acrónimo de Iesoûs CHristós THeoû hYiós Sotér significa “Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador”.

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