La buena salud en los años ‘40

Escribe Antonio J. González

“Habíamos constituido en nuestra Villa Porvenir y Piñeiro –dice el Dr. Dante Emanuel en nota periodística- la Federación de Entidades de Acción Cultural de Avellaneda” en la que participaban, además de Emanuel, “un joven médico, José Luis Espósito, que ejercía en el Hospital G. Rawson… y  dos practicantes mayores internos del mismo Hospital… Luis Rúa, estudiante de medicina de Univ. de La Plata y nosotros…”. “Nos habíamos distribuido los temas – continúa- que deberíamos enfocar en una campaña de profilaxis sobre tabaquismo, alcoholismo, enfermedades venéreas, primeros auxilios, puericultura y educación sexual del niño y del joven”. Eran temas tabúes en aquella época que, a pesar de todo, siguen perdurando.

 

“El destino nuestro era completar un periplo recorriendo las instituciones que constituían la Federación…rotando sucesivamente con la versión de los distintos temas. La tarea consistía en interesar a los públicos en las diversas asignaturas que regían las necesidades de ser divulgadas en ese entonces”.  Tal era el compromiso de esos profesionales jóvenes que sentían con fuerza la vocación de servicio hacia sus vecinos, un principio de solidaridad que en esos años calaba hondo en la conciencia de muchos habitantes de nuestra ciudad y que se materializó en diferentes acciones institucionales de bien público y proyección hacia el futuro.

 

“Con escasos medios contábamos para su difusión y propaganda, –relata el Dr. Emanuel- solamente la buena voluntad de los dirigentes institucionales y la vocación de ser útiles en una cruzada de gran valor comunitario que dejó huellas en nuestros espíritus, nos complacía íntimamente al haber hallado la atención de nuestros oyentes, a nuestras lecciones de apertura a las temáticas sociales”.

 

En los años 1938 y 1940 se realizaron los primeros Congresos de Sociedades de Avellaneda donde esas ideas de asistir a la atención de la salud en la población eran unas de las líneas básicas de tratamiento y solución desde ese conjunto societario representativo de la población y las instituciones locales. Esos profesionales junto a otros alimentaron con sus preocupaciones y soluciones el debate popular, que  luego se sintetizaba en el Plan Regulador propuesto al municipio. “Corresponderá a nuestra generación –decía el abogado Dr. Ismael Moreno – la transformación total y gradual de nuestra expansión urbana en la futura gran ciudad industrial”. La salud pública y el mejoramiento urbano, cultural y sanitario eran las patas esenciales de las discusiones y las propuestas de aquellos vecinos. Fueron faros iluminadores de los caminos hacia el futuro, sin que tengan la suficiente coherencia con los instrumentos públicos que se originaron desde entonces en el municipio. Por eso estamos como estamos.

 

Pero la vocación de servicio popular y la sana militancia por la salud de la población se recicla, se potencia y se dinamiza al calor de aquellas propuestas. Ojala sean oídas y aplicadas.

 

ajgpaloma@gmail.com

noticias relacionadas