Jornada del Buen Pastor en Avellaneda-Lanús: “Dios te llamó para amar”

El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia, presidió la misa de clausura de la Jornada del Buen Pastor en la parroquia San Juan María Vianney. El prelado invitó a los jóvenes a vivir el amor de Dios en sus vidas y responder, si el Señor los llama, a la vida sacerdotal o religiosa.

(AICA)  El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia, visitó la parroquia San Juan María Vianney, el santuario diocesano de las vocaciones, en el marco de la Jornada del Buen Pastor convocada por la Pastoral Vocacional. El prelado celebró allí la misa de clausura del encuentro e invitó a los jóvenes a vivir el amor de Dios en sus vidas y responder, si el Señor los llama, a la vida sacerdotal o religiosa.

La Jornada del Buen Pastor llevó por lema “Dios te llamó para amar”. Cientos de jóvenes de las parroquias de la diócesis se acercaron hasta Monte Chingolo, donde escucharon los testimonios vocacionales de sacerdotes, religiosos y religiosas. Luego participaron de la misa celebrada por el obispo.

En su homilía, monseñor Frassia observó que Jesús resucitado, que se presenta como el Buen Pastor, muestra de qué modo tiene que vivir el hombre. “Tenemos que vivir sabiendo que nuestra vocación, la que tenemos en la vida y en la Iglesia, es vivir el amor de Dios”, dijo.

Monseñor Frassia también invitó a descubrir que este amor de Dios tiene que vivirse desde la infancia. “Desde ahora tienen que darse cuenta que Jesús, el Buen Pastor, es el amigo entrañable que jamás los va a decepcionar”, afirmó el prelado.

El obispo también recordó que esa cercanía de Dios pide una respuesta del hombre. Dijo que “hay que decidirse a vivir, decidirse a amar”, y explicó que “no se ama simplemente cuando uno tiene ganas o cuando uno está bien”, sino que “el amor implica una decisión que sale del corazón, se mete en la inteligencia y está favorecida por la voluntad”.

“Si queremos vivir así, como vive Jesús, a lo mejor Dios nos llama a una vocación especial”, subrayó. “Podés vivir como he vivido yo, diría Jesús, que te llama más de cerca, a una vocación especial, o sacerdotal, o religiosa, o de especial consagración. O te llama a una vida matrimonial en serio, donde tenés que vivir la santidad de Dios en la familia”, añadió.

Monseñor Frassia observó que la vocación surge de Dios, pero desde la Iglesia y desde las comunidades, parroquias, capillas, que tienen que estar abiertas a esa disponibilidad.
“Que el Señor hoy les ayude a descubrir. ¿Saben cómo van a descubrir? Cuando vean las necesidades de los demás. ¿Saben cómo se van a animar? Cuando vean a Jesús, el Buen Pastor, que cargó sobre sus espaldas el pecado del mundo y dio vida al mundo, hasta el final, sin límites”, aseguró.

“Que cada uno de nosotros, cuando salgamos de este lugar, digamos convencidos ‘tengo una vocación y quiero vivirla, no la quiero perder porque si lo hago pierdo mi vida, y como no quiero perder mi vida quiero vivir intensamente esta vocación al amor de Dios, en el amor a nuestros hermanos’”, concluyó el obispo en su mensaje a los jóvenes

noticias relacionadas