“Se trata de una donación realizada por el director del servicio de dermatología, Miguel Allevato”, dijo el médico sobre la llamativa construcción que tendrá capacidad para 30 personas cómodamente sentadas.

Equipada con treinta asientos de color azúl idénticos a los utilizados en la clase turista de los vuelos aerocomerciales y ventanas idénticas a las de un verdadero avión, la cabina, construida en durlock, comenzó a ser acoplada en el año 2013 al resto de la estructura edilicia del hospital, aunque parte de la construcción es visible por la ventanas del cuarto piso que da a la Calle Paraguay y -a primera vista- parece el fuselaje de un avión.

La obra todavía no está finalizada y se estima que en los próximos meses quedará inaugurada, confirmaron voceros del centro de salud.

La noticia del avión-aula tomó estado público a partir de fotos y relatos publicados en un blog de viajes, cuyo autor descubrió en forma casual la existencia del avión-aula dentro del hospital que depende de la Universidad de Buenos Aires. La publicación, con muy pocas precisiones, se viralizó rápidamente en las redes sociales y escaló a los medios nacionales.

“Es la idea del jefe del Servicio, quien decidió remodelar un aula para darle forma de avión asumiendo él mismo el costo de las reformas”, aseguraron a Télam desde el hospital, quienes pusieron especial énfasis en remarcar que el proyecto “no forma parte de las obras de mejoras del hospital que impulsa el Gobierno”.

“La idea es que los alumnos tengan un ámbito diferente de estudio que les ayude a fijar conocimientos”, dijeron.

La noticia del avión-aula tomó estado público una semana antes de la fecha fijada para la inauguración de ocho nuevos quirófanos, que por sus dimensiones y tecnología “estarán entre los mejores de América Latina”, destacaron representantes del centro de salud.