Francia identifica a dos de los atacantes y crece la conexión con Bélgica

Dos de los siete atacantes que masacraron a 132 personas en París el viernes fueron identificados y la investigación avanza en dirección a la conexión con Bélgica y a tres hermanos. Uno sigue libre y es buscado por la capital francesa y Bruselas.

A menos de 48 horas de los peores ataques que haya sufrido Francia en décadas, dos de los siete atacantes que masacraron a 129 personas en París el viernes pasado fueron identificados y la investigación avanza en dirección a la conexión con Bélgica y a tres hermanos, uno de los cuales sigue libre y es buscado frenéticamente por la capital francesa y Bruselas.

Pese a los pedidos de las autoridades francesas de quedarse dentro de las casas y evitar los lugares públicos, cientos de personas volvieron hoy a inundar diferentes plazas y algunas de las zonas atacadas en París el viernes pasado para recordar a las víctimas y decir al mundo que seguirán viviendo “sin miedo”, como rezaban una infinita cantidad de cartelitos escritos a mano y pegados en la estatua central de la Plaza de la República.

Sin embargo, la tensión y el miedo aún se mezclaban con la tristeza en el ambiente de París y finalmente se hicieron palpables a la noche cuando, en medio de una confusión, cientos de personas protagonizaron una estampida en la Plaza de la República, convencidos de que estaba ocurriendo un nuevo ataque.

Mientras millones de parisinos se debatían entre el miedo, la bronca, la tristeza y frustración, la agencia que gestiona a todos los hospitales de París informó que aún quedan más de cerca de 100 internados, al menos 44 en estado crítico, informó el diario local Le Figaro.

Pese a las pesadas secuelas humanas que dejaron los atentados, la jornada de hoy estuvo concentrada en el avance ininterrumpido de la investigación policial y judicial.

El diputado y alcalde de Chartres, Jean-Pierre Gorges, informó que uno de los tres atacantes que lideró la masacre y la toma de rehenes en el teatro de Bataclan durante un concierto de rock era Ismael Omar Mostefai, un joven parisino de 29 años con antecedentes criminales menores entre 2004 y 2010.

Cerca de 90 personas murieron sólo en ese ataque.

Al inmolarse, un pedazo del dedo de Mostefai se desprendió del resto del cuerpo, que quedó en un estado que no permite identificarlo, y los investigadores franceses lograron comparar la huella dactilar con sus registros por faltas de tránsito.

Ayer el fiscal de París, Francois Molins, había informado a la prensa que uno de los atacantes del teatro Bataclan era un ciudadano francés con antecedentes criminales menores.

Según fuentes judiciales citadas por medios locales, la Fiscalía interrogó hoy a siete personas del entorno de Mostefai, entre ellas a su padre y a uno de sus hermanos.

La otra gran pista de la investigación que se conoció es la de los hermanos Abdeslam.

Primero los diarios Le Monde y Libération, citando fuentes judiciales, identificaron a Ibrahim Abdeslam, un joven de 33 años, como el atacante suicida que se inmoló frente al bar Comptoir Voltaire en el barrio parisino número 11.

Más tarde y sin confirmar esta información, la Policía francesa emitió una orden de detención pública para su hermano, Salah Abdeslam, un joven de 26 oriundo de Bruselas, Bélgica, y poco después, el propio gobierno belga se suma emitiendo una orden de captura internacional contra el mismo sospechoso.

Según escribió la Policía francesa en su cuenta de Twitter, el joven es considerado “peligroso” y es buscado por estar “directamente vinculado” con los atentados de París el viernes pasado.

Varios medios franceses coincidieron en que Ibrahim había alquilado el auto Seat negro que la policía parisina encontró hoy en Montreuil, en los suburbios del este de París, con fusiles Kalashnikov, el mismo tipo que los atacantes utilizaron el viernes pasado para matar a más de un centenar de personas.

En cambio, su hermano, Salah habría alquilado el otro auto que habrían utilizado los atacantes, un Volkswagen Polo, que fue hallado con fusiles dentro cerca del teatro Bataclan, uno de los epicentros de la ola de ataques de la noche del viernes.

Los dos autos tenían patentes de Bélgica y fueron alquilados a principio de la semana en Bruselas, según informó hoy la Fiscalía federal de ese país.

La misma oficina también aseguró que dos de los siete atacantes que aterrorizaron París eran ciudadanos franceses que vivían Bruselas, la capital del país, y en el municipio vecino de Molenbeek-Saint Jean, según la página web del multimedio público RTBF.
El tercer hermano, cuyo nombre no fue difundido aún, fue detenido por la Policía belga.

La investigación se complicó aún más luego que fuentes judiciales francesas confirmaran los rumores de que la policía encontró en uno de los sitios atacados en París un presunto pasaporte sirio de una persona que ingresó a principio de octubre pasado por una de las islas griegas por donde entran miles de refugiados de Medio Oriente a Europa.

Aún no está claro si el pasaporte es falso o siquiera si pertenecía a uno de los atacantes, sin embargo, la noticia ya provocó una fuerte reacción entre los sectores más conservadores que ya rechazaban el ingreso de cientos de miles de refugiados que llegan escapando de guerras y otros conflictos violentos en Medio Oriente y África.

En total, la cadena de atentados del viernes pasado causó, según las últimas cifras oficiales, 129 muertos y más de 400 heridos, de los cuales, según el último balance ofrecido por la entidad que engloba a los hospitales parisinos, AP-HP, más de la mitad ya han sido dados de alta y alrededor de 44 siguen en estado crítico.

Según informó el primer ministro francés, Manuel Valls, sólo 103 de las 129 víctimas fatales fueron identificadas hasta ahora.

La ola de atentados fue reivindicada por el grupo armado Estado Islámico, tras lo cual el presidente de la nación, Francois Hollande, calificó a los ataques como un “acto de guerra” y prometió responder con toda la fuerza necesaria.

A lo largo de la jornada Hollande se reunió con los principales representantes de la política francesa para dar una imagen de unidad nacional, más tarde participó de una ceremonia religiosa en Notre Dame en honor de las víctimas y mañana oficiará otro acto en la universidad de la Sorbona.

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