El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor José María Arancedo, exhortó a los obispos a “entrar más de lleno en el corazón social del Evangelio”, con el objetivo de “despertar la conciencia a veces aletargada ante el drama de la pobreza”.

Así lo expresó esta noche ante un centenar de obispos, al celebrar la misa de apertura de la asamblea plenaria del Episcopado que abrió esta tarde sus deliberaciones en la casa de retiro El Cenáculo-La Montonera en la localidad bonaerense de Pilar y que se prolongará hasta el sábado.

“El Año Santo de la Misericordia -convocado por el papa Francisco- es un tiempo oportuno para despertar la conciencia a veces aletargada ante el drama de la pobreza, del pobre, del que sufre. Es un desafío para entrar más de lleno en el corazón social del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina, los preferidos del Señor”, expresó el arzobispo de Santa Fe.

En ese marco, Arancedo interpeló a los obispos a “vivir esta verdad del Evangelio con la libertad y la exigencia de una palabra, que nace en el amor de Dios y busca el bien integral del hombre”.

Según explicó en su homilía, el papa Francisco define a la misericordia como “la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia”, y agregó que “el pretender siempre y solamente justicia nos puede hacer olvidar, agrega, que ella es el primer paso necesario e indispensable; pero la Iglesia necesita ir más lejos para alcanzar una meta más alta y más significativa”.

“Desde el Evangelio hablamos del perdón y la reconciliación como expresión de ese amor misericordioso del Padre que conocimos en Jesucristo. Cuando la justicia se orienta a la reconciliación se abre al camino hacia la concordia, la fraternidad y la amistad social, tan necesarias en la vida y el futuro de toda comunidad”, añadió en su sermón ante los prelados.

Semanas atrás, Francisco convocó oficialmente al Jubileo de la Misericordia, al que dará inicio con la apertura de la “Puerta Santa” de la Basílica de San Pedro el próximo 8 de diciembre -en la fiesta de la Inmaculada Concepción-, y que concluirá el 20 de noviembre de 2016, solemnidad de Cristo Rey.

El centenar de obispos argentinos se reúne desde hoy y hasta el sábado en Pilar en la primera asamblea plenaria del año del Episcopado, con una agenda variada que incluye temas como el Sínodo de la Familia que convocó el Papa argentino y con la mirada puesta en el año electoral.

El encuentro comenzó esta tarde con el habitual intercambio pastoral entre los obispos y la presentación de las líneas pastorales para el período 2014-2017, en las que proyectan una actividad pastoral con una fuerte impronta misionera y misericordiosa para los próximos tres años, a tono con el pedido del papa Francisco.

En marzo pasado, la ‘mesa chica` del Episcopado ya emitió una declaración sobre el año electoral -en la que exhortaron a que el proceso no “encienda violencias o genere enfrentamientos irreductibles” sino que sea un “sano ejercicio de las libertades políticas y civiles”-, por lo que se considera muy poco probable que vuelvan a pronunciarse al respecto.

Según indica la agenda, la jornada de mañana estará dedicado a analizar la formación de los candidatos al sacerdocio en los seminarios del país, ya que se estudia una posible reforma del plan que rige actualmente.

El miércoles por la mañana, los obispos se dedicarán a analizar las conclusiones de la consulta realizada con vistas al Sínodo Extraordinario de la Familia convocado por Francisco y que se realizará en el Vaticano del 4 al 25 de octubre de este año, que incluye temas como los divorciados en una nueva unión y la atención pastoral de los homosexuales.

El jueves se presentarán los avances de la organización del Congreso Eucarístico Nacional que se realizará en julio de 2016 en Tucumán y habrá un espacio para reflexionar en torno a la figura pastoral de monseñor Enrique Angelelli, asesinado por la dictadura militar en La Rioja.

Por último, con motivo de los 100 años del genocidio armenio, el viernes a las 19, se celebrará una misa en rito armenio.