El grito

 Escribe Claudio Penso, Especialista en Impulsar Procesos de Cambio y Crecimiento.

 

¿Cuáles fueron los insumos que construyeron al artista?
Tenía 5 años cuando murió su madre. Poco tiempo después, luego de una internación por trastorno bipolar perdió a su hermana. Padeció el carácter dominante de su padre, obsesionado con inocularles a sus 5 hijos las ideas religiosas que profesaba.

 
Estas circunstancias hicieron que Edvard Munch, el artista expresionista noruego pintara  sobre el amor, la angustia y la muerte.

 
Uno de los cuadros más célebres, comparado con La Gioconda de Leonardo, es El Grito. En un diario de 1892 el artista escribió los detalles que lo inspiraron:

 
«Paseaba por un sendero con dos amigos – el sol se puso – de repente el cielo se tiñó de rojo sangre, me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio – sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad – mis amigos continuaron y yo me quedé quieto, temblando de ansiedad, sentí un grito infinito que atravesaba la naturaleza.»

 
Cada una de las obras que constituyen la vida de un hombre está precedida por los hechos de su infancia y aquellos acontecimientos que han quedado impresos en su memoria emotiva. Ese Grito de Munch es una síntesis pero también un alivio con el que compartió toda la angustia de su propia vida.
Algunas personas caminan por el sendero de Oslo, se han detenido y están frente a una intensa metáfora que los atraviesa. ¿Cuál será la obra con la que podrán sintetizar el hecho significativo de sus vidas?

 

claudio@claudiopenso.com
 

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