Crepúsculo

Escribe: Claudio Penso, especialista en impulsar procesos de cambio y crecimiento.

El crepúsculo es un intervalo, un momento breve, está asociado a dos instantes trascendentes: Justo antes de que salga el sol y también después que se ha ido. En ese punto el cielo está iluminado porque la luz del sol se ha instalado en las capas altas de la atmósfera y se ha expandido en todas direcciones por las moléculas del aire.
El crepúsculo matutino es lo que ocurre antes de la salida del sol, su nombre es alba, amanecer. El crepúsculo vespertino sucede luego de la puesta del sol, se lo llama ocaso, atardecer.

 
La duración del crepúsculo depende del día del año y de la latitud del observador. En el Ecuador la duración es casi idéntica durante todo el año. Si el observador se encuentra en un polo terrestre, tanto el día como la noche duran 6 meses aproximadamente. Para latitudes intermedias el crepúsculo está vivo durante media hora.

 
En sintonía con el instante mágico que presenta el alba y el atardecer, también cada persona vive su crepúsculo, una sola vez o muchas más, sin completa conciencia simplemente porque no los recuerda. Esos dos momentos están signados por una intensa significación: El prólogo y el epílogo. Tienen una inmensa belleza porque son el comienzo de algo y el final.

 
El hombre cuando mira en perspectiva su nacimiento y su muerte, se detiene con fascinación frente al misterio. Comprende con claridad que su propia vida, cada día, es un crepúsculo.
crepúsculo en la isla San Nicolás, Turquía
claudio@claudiopenso.com

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