Cómo escribir en el espacio

Escribe: Claudio Penso, especialista en impulsar procesos de cambio y crecimiento.

 

Ha corrido demasiada tinta para explicar cómo la NASA gastó mucho dinero en programas de desarrollo para concebir algo que hasta ese momento no existía: Un bolígrafo que pudiera escribir en ingravidez, bajo el agua, sobre papel húmedo, en cualquier ángulo y con temperaturas extremas. Algo que pudieran usar los astronautas en un viaje espacial.

 
Esas investigaciones fueron canceladas. Mientras tanto, los rusos fueron mucho más prácticos: Usaban lápices y lápices de cera sobre pizarrones de plástico.

 
En 1965 Paul C. Fisher ideó un producto revolucionario: El Space Pen, conocido como Zero Gravity Pen. La bola de la punta estaba hecha de carburo de wolframio, colocada con total precisión para evitar fugas. Un flotador deslizante separaba la tinta del gas a presión. Se afirmaba que la tinta tixotrópica dentro del cartucho herméticamente sellado y presurizado podía durar cien años y funcionar a temperaturas de -35 a 120 °C.
La NASA luego de exhaustivas pruebas decidió usar el invento de Fisher en todas sus misiones Apolo, idea que finalmente adoptaron los rusos.
¿Cómo encontrar una idea nueva, partiendo de un problema viejo? La mente es una trampa.

Probablemente se extraviará en laberintos y calles sin salida. En cambio será más factible encontrar una idea nueva para resolver un problema nuevo. Quizá los rusos pensaron que era más práctico usar una idea vieja-el lápiz- para escribir en el espacio y la usufructuaron hasta que Fisher introdujo su Space Pen. Lo demás es historia o leyenda.

claudio@claudiopenso.com

 

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